La mediatización del conflicto agropecuario favoreció a la expo del campo: este domingo más de 115.000 personas visitaron la muestra. Cierra este martes
La exposición del campo en La Rural llega a su fin. Este martes será el cierre de una de las expos más polémicas. Pero, antes de despedirse la 123° Exposición Rural marcó un nuevo record: este domingo la visitaron cerca de 115 mil personas, la mayor convocatoria desde que abrió sus puertas el 23 de julio.
La jornada comenzó a las 11 con la tradicional misa de campo, que se celebró en la pista central. Como es costumbre, para el domingo se programaron los espectáculos más atractivos. Ayer el plato fuerte fue el concurso de saltos hípicos, que comenzó cerca de las 15, cuando la concurrencia ya era multitudinaria. Miles de espectadores llenaron las gradas y presenciaron la rutina organizada por la Federación Ecuestre Argentina, a través de un recorrido de quince obstáculos, a un metro de altura, informó el diario Clarín.
Jinetes y amazonas demostraron su pericia con una concurrencia muy participativa que se lamentaba ante cada valla tumbada. "Me gusta mucho este deporte y la forma en que se combina actitud con estética", explicó Mabel Rodríguez, de Ramos Mejía.
Por la gran asistencia de público, por la tarde ya no fue tan fácil caminar por los espacios cubiertos. En los puestos de comida muchos se agolpaban en busca de unos pastelitos de grasa o tortas fritas. Mientras que el humo de los chorizos se mezclaba con el olor a paja y orín, en los establos, los peones alisaban el pelo de los equinos para que lucieran bonitos para el remate.
El sector donde se exhibe la maquinaria pesada, volvió a estar entre los preferidos del público. Principalmente de los más chicos que se acercaron a ver de cerca las filas de tractores, cosechadoras y sembradoras.
En varios puntos del predio, grupos folclóricos le pusieron un poco de calor a la jornada. Los gauchos de un lado y las paisanas del otro, bailaron con un estilo bien campero. Y el público también se sumó a la invitación. Como Raquel, de General Pinto, quien destacó que "a mi marido mucho no le gusta la chacarera, pero milagrosamente hoy me sacó a bailar".
Cerca de las 19, cuando el sol comenzó a bajar, la gente se desplazó en masa hacia los pabellones cubiertos, atraída por la promesa de la calefacción. En minutos, la capacidad se saturó. "Media hora atrás estaba todo vacío y ahora no se puede ver nada" se quejaba una promotora, que intentaba llegar a un stand por uno de los pasillos internos.