El presidente francés aseguró que está bien de salud pero reconoció que tiene que descansar. Se tomará unos días de vacaciones con su esposa Carla Bruni
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, reconoció hoy que necesita descansar, tras la indisposición que sufrió el pasado domingo, pero insistió en que las pruebas a que ha sido sometido han permitido demostrar que su salud es buena.
"Esos exámenes concluyeron que no tengo nada", subrayó Sarkozy en una comparecencia excepcional ante la prensa al término del Consejo de Ministros que marca para él y para su Gobierno el inicio de las vacaciones hasta finales de agosto.
"Me quedé sin gasolina, como a todo el mundo le puede pasar", dijo el mandatario al término del último gabiente de gobierno en el Palacio del Elíseo, antes de las vacaciones, que pasará con su esposa y sus hijos a orillas del Mediterráneo.
El presidente anunció que con su esposa, Carla Bruni, y con sus hijos van a "tomar unas semanas de vacaciones merecidas en el sur" de Francia porque, admitió, necesita "descansar".
A ese respecto, indicó que en su modo de vida no tiene que "hacer un cambio estructural considerable" puesto que ni sale por la noche, ni fuma, salvo alguna vez un puro, ni bebe.
También precisó que los médicos le han dicho que puede hacer deporte "pero de forma razonable", en alusión a que el desfallecimiento que sufrió el pasado domingo se produjo cuando había salido a correr, como acostumbra a hacer varias veces por semana.
Sarkozy, de 54 años, insistió en que durante este episodio había "querido que se dijera a los franceses la realidad del incidente".
"Si hubiera habido algo en esos exámenes, era mi deber decirlo", añadió antes de garantizar que sobre su salud "a partir de ahora las cosas estarán claras" y dará cuenta de la mínima hospitalización, al contrario de lo que había hecho cuando fue operado de la garganta en octubre de 2007, algo que no se supo hasta meses después por un libro de dos periodistas.
La indisposición del jefe del Estado francés se produjo cuando estaba en la residencia oficial de La Lanterne en Versalles, donde acostumbra a pasar muchos fines de semana.
De allí fue trasladado en helicóptero al hospital militar Val de Grâce de París, donde permaneció internado más de 20 horas y donde se le realizaron pruebas en profundidad, en particular sobre su estado cardiológico.
Según el Elíseo, esos exámenes no permitieron detectar ninguna anomalía y el diagnóstico del malestar de Sarkozy fue una lipotimia causada tal vez por el esfuerzo, el calor o el cansancio.