La crisis golpea y algunas medidas para enfrentarla generan polémica. Aunque no es obligatoria, los trabajadores obtendrían beneficios a cambio de semejante esfuerzo
El presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, obtuvo de parte del Parlamento la aprobación de la polémica medida que lo enfrenta a los trabajadores galos: que se permita el trabajo los días domingo.
Sin embargo, la medida que generó manifestaciones laborales en los últimos meses no le da luz verde a los empleadores para despedir a un trabajador que rechace trabajar aquellos días.
Pero con la crisis económica los trabajadores creen tener poco margen de negociación con sus patronales. El proyecto gubernamental fue ratificado por 165 votos a favor y 159 en contra, lo que no logró acallar las quejas populares y de la oposición política.
La nueva normativa prevé medidas compensatorias para los trabajadores (aumento del salario o concesión de un descanso que compense el trabajo en domingo), pero los opositores a la ley aclararon que no serán obligatorias.