La ola de frío amenaza a los sin techo. La cantidad de gente que duerme en la calle se duplicó en tres años. Advierten sobre los riesgos de hipotermia
La Argentina creció en los últimos años, pero más creció la cantidad de gente que duerme en la calle, en medio del drama de la marginalidad.
"Mis dedos están morados por el frío de anoche", dijo Marisa Ferrari, de 19 años, y mostró sus manos agrietadas. A su lado, la hermana menor de Marisa dormía entre cartones junto a su beba de un año, y a un matrimonio amigo.
Marisa vive en un cantero vacío, de 10 metros por 2 metros, en Carlos Pellegrini al 200, frente a la puerta del ex edificio Del Plata, donde funcionan dependencias del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, consigna una nota publicada por el diario La Nación.
Ella, tal como otras 30 personas que cada noche buscan refugio en ese sitio, sufren en silencio la ola de frío polar que, desde anteayer, invade la ciudad, con temperaturas que rozaron los 0°9, a las 8, según reportó el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
El Ministerio de Desarrollo porteño informó que la cantidad de personas que están en esa condición casi se duplicó en los últimos tres años. En 2006, eran 793. Según el último censo, que aún no ha arrojado los números definitivos, cerca de 1400 personas duermen en las calles de la Capital. La mayoría son hombres de entre 31 y 55 años.
El microcentro, Monserrat, Congreso, Retiro, Barrio Norte, Recoleta, Once, San Cristóbal y Constitución son las zonas en las que se registra la mayor concentración de gente en esta condición.
El 61 por ciento de la población censada que duerme en la calle lo hace en esos barrios.
"Al no tener dirección no puedo tramitar el documento, no puedo buscar trabajo ni recibir planes. Para la sociedad soy nada, una boca que come las galletitas que la gente tira cuando pasa por acá", se lamentó Marisa.
La mujer está en la calle desde hace diez años, cuando murieron sus padres. Es oriunda de Río Negro y asegura que los gobiernos nacional y porteño no se ocupan de ellos, que la policía los maltrata y que la noche está llena de peligros.
"Acá nos cuidamos de que no vengan los pibes que aspiran pegamento porque, cuando están drogados, hacen cualquier cosa: roban, le pegan a la gente... Después viene la policía, salen corriendo y nosotros quedamos atrás, con los chicos", dijo.
Durante el día, Marisa pide dinero en los colectivos. Repite su historia una y otra vez hasta juntar entre 40 y 50 pesos, que le alcanzan para comer algo caliente, pagar por una ducha en un hotel de Once (le cobran entre 7 y 10 pesos por persona) y para comprar pañales para sus sobrinos.
"Si pudiera juntar más plata volvería a un hotel. Pero, por ahora, es imposible", aseguró.
Marisa y sus compañeros no suelen dormir en los paradores que el gobierno dispone para ese fin.
Aseguran que allí no se sienten bien, que ofrecen una cama limpia, un sitio para dejar las cosas y comida, pero que no están de acuerdo con someterse a reglas si uno quiere guarecerse en ellos.
"A las 5, hay que hacer la cola para entrar. Si llegás tarde, no hay camas y tenés que irte a dormir a la terminal de ómnibus. Cada noche sólo entramos 200", explicó Cristian Centurión, de 52 años, quien desde hace dos años duerme todas las noches en el Parador Retiro, situado en Gendarmería Nacional 522.
Allí, Centurión libra su lucha contra su adicción a las drogas y no pierde la esperanza de reencontrarse con sus hijos, a quienes perdió de vista hace años. "Sólo quiero que ellos sepan que estoy vivo, que estoy acá y que tengo ganas de verlos otra vez", dijo a LA NACION.
Además del gobierno porteño, hay numerosas organizaciones que brindan asistencia y contención.
"Una llamada es la diferencia entre la vida y la muerte. Con estas temperaturas la gente puede fallecer de hipotermia. Por eso, pedimos a la gente que no sea indiferente, que no mire a los que están en la calle con indiferencia. El año pasado 40 personas murieron por el frío y este año fallecieron diez en las últimas tres semanas", dijo a LA NACION Juan Carr, titular de Red Solidaria.
Quienes vean una persona durmiendo en la calle pueden llamar al 108 en la ciudad y al 911 en la provincia de Buenos Aires. Y quienes quieran colaborar con donaciones pueden comunicarse con la Red Solidaria al 4796-3923 .
Según confirmó María Eugenia Vidal, ministra porteña de Desarrollo Social, "claramente hay un aumento de la cantidad de gente durmiendo en la calle por el notorio crecimiento de la pobreza en el país desde 2006. La ciudad no es indiferente a eso", aseguró en diálogo con LA NACION.