Fue luego de que las partes en conflicto se enfrascaran en una guerra de acusaciones en San José. Oscar Arias, presidente de Costa Rica, es mediador
El representante del gobierno de facto acusó al depuesto Manuel Zelaya de haber desautorizado a sus propios representantes, mientras la contraparte también dijo que el bando golpista está deslegitimando a su comisión. Sin embargo, el diálogo continúa.
El diálogo en San José para buscar una salida a la crisis causada en Honduras por el golpe de estado quedó hoy al borde del fracaso por diferencias entre las delegaciones del desplazado presidente constitucional, Manuel Zelaya, y de su reemplazante de facto, Roberto Micheletti.
El régimen de facto presentó una propuesta diferente a la hecha el sábado por el mediador oficial, el presidente de Costa Rica, Oscar Arias Sánchez, en la que sólo acepta el regreso de Zelaya al país para que se someta a los "tribunales judiciales" bajo su control, informó la agencia noticiosa italiana ANSA.
La delegación del gobierno de facto objetó además la autoridad de los representantes de Zelaya, a la que consideró "deslegitimada" por declaraciones atribuidas al presidente constitucional.
A Zelaya se le atribuyó haber dicho en Managua que al recuperar el poder insistirá en su proyecto de reforma constitucional, contrariamente a lo que postula el plan de siete puntos propuesto por Arias, que descarta esa posibilidad.
Ayer, la delegación de Zelaya había expresado su aceptación al plan, contrariamente a la posición del régimen de facto, que la rechazó.
Aunque fuentes de la delegación de Zelaya en San José restaron importancia al hecho y dijeron que ese punto es "negociable", los representantes de Micheletti lo consideraron grave.
Además, la delegación del régimen de facto presentó una propuesta nueva, que marca diferencias con la de Arias, como cuando expresa que el regreso de Zelaya al país debe ser para someterse a los "organismos judiciales" que controla.
Arturo Corella, vocero de la delegación de Micheletti, en una declaración a la prensa en las afueras de la residencia de Arias, dijo que Zelaya no puede desistir de aceptar el punto que cancela el proyecto de reforma constitucional.
Minutos después, el vicepresidente de Zelaya, Arístides Mejía, en el mismo lugar, dijo que se trata de un "alegato más del gobierno golpista para confundir".
Mejía sostuvo que la delegación del régimen de facto presentó una propuesta nueva.
"Dejamos claro que ellos deben decir si están de acuerdo con las propuesta de Arias, porque si están en desacuerdo, las conversaciones terminan hoy", advirtió.
Para Mejía, el tema del proyecto de reforma puede ser discutido más adelante, porque ahora lo que importa es que el presidente Zelaya regrese a su cargo.