El británico Henry Allingham, el hombre más viejo del mundo según el libro Guiness de los Récords y el más anciano de los veteranos de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), falleció este sábado a los 113 años, informó el asilo inglés donde residía.

Allingham festejó su 113º aniversario el 6 de junio y tres semanas más tarde se convirtió en el hombre más anciano del mundo, tras morir el japonés Tomoji Tanabe, según el Libro Guinness de los Récords.

La actual decana de la humanidad, teniendo en cuenta ambos sexos, es la estadounidense Gertrude Baines, de 115 años.

Allingham era, además, uno de los tres soldados británicos supervivientes de la Primera Guerra Mundial. Tras su fallecimiento quedan aún vivos Harry Patch, de 111 años, que vive en Gran Bretaña, y Claude Choules, de 108 años, que vive en Australia.

Según el ministerio británico de Defensa, Allingham también era el último sobreviviente de la batalla de Jutland, la mayor batalla naval del primer conflicto mundial, y último fundador con vida de la Royal Air Force, creada en 1918.

Nacido en Clapton, en el este de Londres, Allingham conoció tres siglos y seis soberanos británicos.

Tuvo dos hijos, cinco nietos y doce bisnietos.

Fue criado por su madre y sus abuelos, pues su padre murió cuando él tenía 14 meses.

Su primer empleo fue en una fábrica de instrumentos quirúrgicos, pero luego pasó a trabajar para la compañía estadounidense automovilística Ford.

Entró en los servicios aeronáuticos de la marina británica en 1915; se casó a finales de 1918 con Dorothy, que murió en 1970, y dejó la aviación en 1919. En 2003 recibió la Legión de Honor de Francia.

Allingham, que iba en silla de ruedas, atribuía su longevidad a "los cigarrillos, el whisky y a las mujeres muy liberadas".

Otro ex combatiente, William Stone, junto al que Allingham participó en noviembre de 2008 en las celebraciones en Londres del 90 aniversario del armisticio de la guerra de 1914-1918, había muerto en enero, a los 108 años.