Caratuló a la muerte del cantante pop como un "caso criminal". Puso la mira en los médicos del artista, Conrad Murray, el dermatólogo Arnold Klein y en otros médicos cercanos
La policía de Los Angeles declaró un "caso criminal" a la muerte de Michael Jackson y puso la mira en los médicos del artista, Conrad Murray y el dermatólogo Arnold Klein.
Además de los dos profesionales mencionados, la policía está investigando al menos a otros cinco médicos que trataron al cantante y le prescribieron medicinas.
La policía maneja la posibilidad de que la muerte de Jackson se trate de un homicidio culposo, por la ingesta y prescripción errónea de medicamentos.
Los datos obtenidos hasta ahora indican que Jackson murió por una sobredosis del narcótico Propofol, que fue encontrado en su casa y que no está autorizado a ser ingerido fuera de los hospitales.
Por otra parte, el dermatólogo Klein, que atendió durante muchos años al astro del pop, recibió una segunda citación judicial ya que los forenses le exigen que entregue documentación importante sobre el artista.
"Hacen falta más registros médicos" para establecer las circunstancias de la muerte del músico, compositor y cantante, afirmó el especialista Craig Harvey.
La semana pasada se informó que Klein sólo había cumplido parcialmente con el requerimiento de las autoridades para que entregue todos los registros de su paciente.
Mientras tanto, Murray, que trató de reanimar al artista el 25 de junio cuando tuvo un paro cardíaco, hizo saber el martes a través de su abogado que nunca ha tenido contacto con Klein.
"Nunca se encontró con él, no tenían contacto y nunca habló con él sobre Michael Jackson", dijo el letrado Ed Chernoff.