Noticias actualizadas las 24 horas Información clave para decidir
21 de noviembre de 2024
Seguinos en
Un hombre de Moreno se queda con un lugar clave en el Indec
Cada vez son más claras la señales de que la salida del secretario de Comercio no está en los planes de Cristina. Norberto Itzcovich manejará las cifras de producción y comercio
14 de julio de 2009
La salida de Guillermo Moreno no está en los planes de Cristina Fernández de Kirchner. Así se desprende de los movimientos que la presidenta de la Nación argentina está haciendo en su propio círculo de Gobierno.

El indicio más fuerte del apoyo de Cristina a Moreno es la designación como director nacional de Estadísticas y Precios de la Producción y el Comercio de Norberto Itzcovich, quien hasta ahora oficiaba de vocero técnico de la dirección, que encabeza Ana María Edwin y responde políticamente a Moreno.

El decreto fue firmado el miércoles último -el día en que asumió el nuevo gabinete-, pero fue publicado ayer en el Boletín Oficial, informó el diario La Nación.

Itzcovich es un economista que se desempeñaba hasta ahora como director de Planificación y Coordinación Estadística. Fue uno de los autores del llamado "nuevo IPC", con el que el Gobierno justificó las diferencias que existen entre el índice oficial de precios y todas las otras mediciones de inflación que se hacen en el país. Integra con Edwin y Beatriz Paglieri (jefa de hecho del IPC) el trío que ejecuta en el Indec la política de Moreno, y es el encargado de dar las explicaciones técnicas de la "nueva metodología" (Edwin es socióloga y Paglieri, especialista en comercio exterior).

El decreto -firmado también por Sergio Massa, en su último día como jefe de Gabinete, y por su sucesor, Aníbal Fernández- blanquea una función que Itzcovich ya venía ejerciendo. La dirección que ahora comanda tiene un peso mucho más sustantivo que la de Planificación y Coordinación Estadística. De allí salen estadísticas clave, como el estimador mensual de actividad económica (EMAE), los índices de precios mayoristas y de la construcción, las encuestas de ventas en shoppings y supermercados y los indicadores sobre servicios públicos y actividad agropecuaria, además del censo económico.

Queda fuera el índice de precios al consumidor (IPC), el más polémico -pero no el único- de los indicadores que publica el Indec. El IPC depende de la Dirección Nacional de Estadísticas de Condiciones de Vida y durante mucho tiempo se discutió si no debía pertenecer a Precios, por lo que ayer varios empleados del Indec especulaban que el nombramiento de Itzcovich podía funcionar como preámbulo para reubicar esa área. Sin embargo, fuentes de la dirección del Indec negaron que se estuviera pensando en una movida semejante.

La noticia de su designación fue un balde de agua fría para los trabajadores del Indec que se oponen a la intervención y que ven esta medida como un "premio" por poner la cara para defender a Moreno. "La interpretación que circula es que es un intento de que él tenga una mayor estabilidad por si hay algún cambio importante dentro del Indec, que el próximo que venga tenga dificultades para correrlo", dijo un técnico del organismo.

LA NACION pidió ayer a la Dirección de Prensa del Indec un currículum de Itzcovich. Pero, como ya es costumbre desde que asumieron los funcionarios morenistas, ni siquiera un pedido tan simple pudo ser respondido. En cambio, los voceros del organismo sí tuvieron tiempo para redactar siete páginas dedicadas únicamente a descalificar y rebatir las declaraciones periodísticas de Graciela Bevacqua, la funcionaria que fue desplazada de la jefatura del IPC por negarse a manipular los índices.

La dura réplica a Bevacqua, firmada por la Dirección del Indec, fue otra señal de que no soplan en el instituto vientos de cambio poselectorales. El comunicado reitera la acusación de que toda sospecha de manipulación responde a los intereses de los tenedores de bonos que se ajustan por inflación y dedica extensos párrafos a revelar detalles de la historia médica, laboral y judicial de Bevacqua. Por último, se queja de que el viejo IPC estaba sesgado porque medía, entre otros productos, la castración de gatos.