La "Academia" perdía con Newell's y terminó ganando 2-1. El Cilindro fue una fiesta y la gente vibró con el equipo y con la salvación. La gente ovacionó a Caruso Lombardi
El conjunto de Caruso Lombardi armó una fiesta y celebró con un triunfo ante los rosarinos. Matías Martínez y Lucero marcaron los goles de la Academia. Machuca había puesto en ventaja al visitante. En el Cilindro hubo menos gente de lo esperado por la gripe A.
Después de casi tres años, Racing jugó sin presiones. Y se liberó en una fiesta de principio a fin que incluyó despedidas, goles y la ilusión de un futuro lejos de la pelea de pobres. Lo sufrió Newell´s que sucumbió ante el aluvión blanquiceleste comandado por Caruso Lombardi.
La primera emoción fue la despedida, con foto, bandera y plaqueta para Franco Zuculini, hijo pródigo que pasó al fútbol alemán. La segunda también fue prematura, pero ya en los 90 reglamentarios. Iban dos minutos cuando un centro pasado encontró a Machuca en el segundo palo y el chico de Newell´s rompió el hielo.
Ese comienzo fue propiedad del visitante que tuvo a Migliore a los revolcones. Luego sí entró en acción Racing, con Lugüercio como estandarte. El idolatrado delantero local armó apiladas por derecha y de una de ellas llegó el foul que derivó en la igualdad. Fue una jugada ensayada que tuvo a Martínez como definidor con un cabezazo certero.
Con todo nivelado, el partido ganó en atractivo porque Newell´s no renunció a atacar y cuando iba por el lado de Sperduti, hería. Racing mostraba aplomo de mitad de cancha en adelante. De todos modos, el descanso los encontró empatados.
En el comienzo de la segunda parte, hubo otro gol prematuro. Esta vez para Racing, que llegó al mismo tras un remate de Caballero, cuyo rebote derivó en la cabeza de Lucero, quien no pudo festejar el tanto por el terrible golpe que sufrió. Ahora sí, la fiesta era completa. Claro, la idea de llenar la cancha contrastó con la pandemia de gripe A y el Cilindro mostró un buen marco, pero lejos de rebasar sus tribunas.
Lo que quedó sirvió para mostrar la mejor cara de este equipo que estuvo en el infierno y dio vuelta la situación hasta llegar a generar una identificación impensada con su gente. Hubo loas para Caruso, Lugüercio, Migliore y hasta para Chatruc y Campaguolo, dos históricos que se van. La Promoción y el descenso son historia, a la que Racing no quiere volver más y hoy la despidió. Si es para siempre, lo dirá el tiempo.