Los intentos del Gobierno por frenar la salida de capitales sería insuficiente. En los primeros seis meses del año, hubo una fuga de u$s 10.000 millones
La fuga de capitales sigue siendo un dolor de cabeza para el Gobierno.
Un informe de Portfolio Personal (PP) señaló que en lo que va del mes, los inversores dolarizaron sus carteras de inversión “a un ritmo que promedió los u$s 510 millones semanales”.
“Debido a las fuertes ventas que debió realizar el Banco Central en las última semana, el mes finalizaría con un retiro total del sistema de aproximadamente u$s 2.000 millones”, señalaron en la casa de bolsa. Esto supone en los primeros seis meses del año, una fuga de u$s 10.000 millones.
Puestos a comparar, en la línea histórica, dicha cifra se diferencia de la que se registró con la salida de capitales que tuvo lugar en pleno conflicto entre el Gobierno y algunos sectores del agro. En ese lapso salieron del sistema bancario unos u$s 10.897 millones.
Según los datos presentados por el BCRA -y consignados por la gente de PP-, hasta el 19 de junio los depósitos totales privados cayeron en lo que va del mes $ 910 millones, lo que representa una caída del 0,50%. “No obstante, este valor estuvo en línea con el retiro de depósitos que se experimentó en las elecciones de octubre de 2007”, señalaron, informó el diario El Cronista. En ese lapso, los depósitos bajaron, en los primeros 19 días del mes, $ 71 millones o 0,49% del total.
“Un dato relevante a destacar es que, a pesar del fuerte deterioro del marco económico, no existieron retiros masivos del sistema sino más bien que lo que se priorizó fue un incremento en la liquidez de las colocaciones”. Los depósitos en cuenta corriente, sin ir más lejos, sumaron unos $ 553 millones. Incluso también crecieron las colocaciones en monedas extranjeras que, en lo que va de junio, ganaron poco más de u$s 85 millones.
Sin embargo, y a pesar de que los depósitos no mostraron una caída para preocuparse, lo que sí deberá enfrentar el gobierno de manera urgente es la fuga de capitales que se viene experimentando de manera estructural desde abril de 2008.
En las últimos meses, el Gobierno nacional ha instrumentado un férreo control de importaciones, y hasta ha implementado trabas para girar dividendos a las empresas que cotizan en bolsa. De esta forma buscó frenar el egreso de divisas en momentos de crisis internacional y creciente desconfianza. Sin embargo, para los analistas, el torniquete efectuado a la importación de productos no sería suficiente para contener la salida de los capitales.
La consultora Finsoport estimó que la menor demanda de bienes de capital y las trabas impuestas por el Gobierno a la importación derivarán en un superávit comercial de u$s 13.000 millones, a pesar de una caída en las exportaciones de entre 15% y 20%.
“No obstante, el saldo comercial podría resultar exiguo frente a la demanda de divisas en concepto del pago de deudas, del giro de dividendos y utilidades y, de la “fuga de capitales”, señalaron. Así, para aquellos que siguen de cerca el accionar del BCRA, Redrado tendría por delante la árida tarea de darle lugar a una depreciación gradual del peso o resignarse a vender dólares.