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La Argentina ya vota para definir un nuevo mapa legislativo
Con miedo al contagio de Gripe A de por medio, arrancó la elección que servirá también para anotar quienes quedan en carrera para las presidenciales del 2011
27 de junio de 2009
Con una dirigencia política madrugadora, como los casos del chaqueño Jorge Capitanich y el santafesino Carlos Reutemann, que votaron a las 8 en puntos, los argentinos ya votan en una elección anticipada que definirá un nuevo mapa legislativo y determinará quiénes quedan en carrera para las presidenciales del 2011.

Un total de 27.790.803 electores está habilitado para votar en estas elecciones de mitad de mandato de la presidenta Cristina Kirchner en las que se ponen en juego 127 bancas para la Cámara de Diputados y 24 escaños del Senado, además de cargos provinciales y municipales en todo el país.

El turno electoral cobró mayor relevancia que otras elecciones de medio término porque el Gobierno salió a jugar fuerte para plebiscitar su gestión reclamando apoyo para sostener la gobernabilidad en los próximos dos años.

Pese al interés que tomaron los comicios, luego de una campaña acortada y virulenta, la concurrencia de los argentinos a las urnas puede verse afectada por una epidemia de Gripe A que parece no haber tocado techo aún.

Según indican los pronósticos, aún los más favorables al Gobierno, el oficialismo perderá parte de su poder de fuego en el Congreso, aunque aspira a un triunfo en la elección nacional para mantener aglutinado al peronismo, su tinglado político.

De hecho, como ha ocurrido en otras oportunidades, el partido fundado por Juan Domingo Perón podría consagrar de antemano otro cacique en caso de que el resultado sea adverso para la Casa Rosada, con el fin de conservar el poder.

Para ello será vital lo que ocurra en la Provincia de Buenos Aires, una puja que desde hace varias elecciones se ha definido con acierto como la madre de todas las batallas porque representa el 37 por ciento del padrón electoral.

Néstor Kirchner decidió jugar allí a todo o nada su futuro político y sumó al gobernador Daniel Scioli y a una serie de intendentes como candidatos, pese a que sólo en el caso del ex presidente está garantizado que luego asumirá su cargo.

La jugada fue forzada por un hecho que cambió drásticamente el tablero político el año pasado y que ahora podría acarrear sus consecuencias en las urnas: el conflicto con el campo que licuó buena parte del capital político del matrimonio gobernante.

Esa pérdida de popularidad se dio especialmente en los distritos importantes del país, a excepción de la provincia de Buenos Aires, y a la vez puso en la cartelera a una serie de dirigentes del oficialismo y la oposición.

En el distrito electoral más importante surgió Francisco de Narváez un candidato que apostó a reclutar a sectores descontentos del kirchnerismo, más dirigentes duhaldistas y del sector rural para posicionarse como alternativa opositora.

Margarita Stolbizer y Ricardo Alfonsín lideran una corriente afirmada en la estructura radical bonaerense y apunta a romper con una polarización entre las opciones peronistas.

Ese conflicto agropecuario apuntaló el liderazgo opositor del vicepresidente Julio Cobos, quien dio el golpe de gracia a las retenciones móviles que impulsaba el oficialismo, y ahora apuesta al triunfo de sus candidatos en Mendoza en alianza con la UCR para lanzarse a la carrera presidencial.

Además, cambió radicalmente el escenario en Santa Fe, donde Carlos Reutemann -candidato a renovar su banca- y Hermes Binner, que respalda a Rubén Giustiniani, también ponen en juego sus proyectos para llegar a la Casa Rosada, mientras que el
kirchnerismo ya se resigna a quedar tercero.

Una situación similar ocurre en Córdoba, donde las tres principales fuerzas para estas elecciones son opositoras a la administración central: las que lideran Luis Juez, el gobernador Juan Schiaretti y el radicalismo.

El nuevo escenario configurado a partir de mediados de 2008 también revitalizó a Mauricio Macri, el jefe de Gobierno porteño, que espera ganar con holgura su distrito de la mano de su ex vicejefa Gabriela Michetti para entrar en la marquesina como
principal opción opositora de centroderecha.

En cambio, el panorama se presenta incierto para Elisa Carrió, quien había obtenido el segundo lugar en las presidenciales de 2007 y ahora su lista -que decidió no encabezar- puede quedar tercera en el segundo distrito en importancia del país.

Mientras tanto, en el resto del país muchos gobernadores del PJ o aliados se mantuvieron fieles a los Kirchner, aunque decidieron provincializar sus respectivas campañas.

Otros como Mario Das Neves ya adelanto que si sus candidatos logran un triunfo holgado en su provincia -lo más probable- lanzará inmediatamente su postulación presidencial por el PJ, carrera en la que podría inscribirse Scioli o los Kirchner en caso de que los guarismos les sonrían este domingo por la noche.