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3 de diciembre de 2024
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A pesar de la competencia, Freud goza de buena salud
Las nuevas alternativas “rápidas” para mejorar situaciones personales no logran superar los adeptos al psicoanálisis. Los argentinos son “carne de diván”
20 de junio de 2009
Por Roberto Aguirre Blanco

Lograr un turno en uno de los hospitales de salud mental mas reconocidos de la ciudad de Buenos Aires como es el “Arturo Ameghino” puede demorar semanas producto de la gran demanda de nuevos pacientes.

Este dato que no es menor y demuestra la gran aceptación que aún tiene entre los argentinos la elección de “ir la psicólogo” a pesar del auge de las terapias alternativas.

Una excelente nota del diario Clarín reveló en la fecha que a pesar de ese auge, el psicoanálisis goza de “buena salud”.

En el mercado de las terapias surgieron en los últimos años toda serie de corrientes que buscan desde el conductismo y la rapidez de las soluciones a temas puntuales de los pacientes una solución “casi mágica”.

La primera gran pauta del psicoanálisis que plantea el tiempo y el trabajo constante entre profesional y paciente para elaborar soluciones productivas a los conflictos personales choca con la moda “de terapia veloz” que proponen algunas nuevas propuestas.

Terapia Cognitiva Conductual, transaccional, sistémica, gestáltica, conductista, Hipnosis, son algunas esas nuevas propuestas, que es cierto decirlo, tienen muchos adeptos, pero aun no logran desbancar el amor eterno de los argentinos por Freud y Lacan.

A eso se le suma el crecimiento de la carrera de Couseling que está capacitado para trabajar sobre temas de análisis como una terapia direccionada, aunque los psicólogos no se cansen de decir que en realidad son “ayudantes terapéuticos y nada más”.

En ese escenario se produce la “batalla” de las terapias, el psicoanálisis mantiene su gran aceptación y queda demostrado en que la gran mayoría de las cátedras de las carreras de psicología son justamente en esta dirección de pensamiento y existen en Buenos Aires más de 200 instituciones psicoanalíticas.

“He probado otras alternativas, he salido de psicoanálisis y he vuelto. Me lleva más tiempo pero siento que el trabajo es a largo plazo y me siento mucho mejor”, reveló a este portal uno de los tantos argentinos que asumen su necesidad de trabajar sus conflictos ante su psicólogo.

El psicoanálisis nació en 1890 y más allá de algunas corrientes, reinó hasta mediados del siglo pasado, cuando empezaron a imponerse las "nuevas ciencias de la conducta", como la psicología positiva. Desde entonces, ante el auge de una nueva terapia, se pone al psicoanálisis en el tapete, y se lo critica por sus sesiones interminables centradas en el pasado, explica la nota de Clarín.

“El psicoanálisis tiene eficacia, y por eso siempre se lo combatió. De ninguna manera está muerto o agonizando. Donde se lo ofrece, quien padece una enfermedad psíquica lo toma y sigue un tratamiento. Hay una gran cantidad de pacientes: Sucede que el psicoanálisis no ofrece soluciones prêt à porter, sino que va a contramano de la rapidez", señaló Miriam Mazover, fundadora de Centro Dos.

Pero también la crisis golpea a la profesión que más allá de las instituciones privadas y hospitales públicos depende mucho de los pacientes que concurren a diario, ya sea por obra social o en forma particular, a las sesiones semanales.

La crisis económica hace que los valores de estas consultas varíen y en muchos casos hasta dependan mucho de las mismas posibilidades de los bolsillos de los pacientes.

Para enfrentar esta realidad, muchos profesionales del psicoanálisis se unen en proyectos personales de crear entidades de ayuda psicológica con aranceles “institucionales”, según pudo averiguar Asteriscos.Tv

De esta manera, los postes de luz , las carteleras de lo negocios y pequeñas publicidades “no tradicionales” pegadas en paredes de las calles porteñas invitan a comenzar un análisis de forma inmediata.

La batalla de las definiciones entre lo clásico y lo alternativo también llega el manejo de las definiciones conceptuales de las palabras, algo de tanto valor para el psicoanálisis.

Así estos profesionales aborrecen la palabra “terapia” y definen cualquier tratamiento como “análisis”.

Con un encuentro “cara a cara”, escritorio de por medio o el tradicional diván, el psicoanálisis sigue seduciendo a los argentinos, con los textos de Freud y Lacan a la vista, paciente y profesional, continúan con el trabajo diario de mejorar la realidad personal y resolver situaciones conflictivas.

Esta vez, “no lo dejamos acá”.