"Esto no es un favor, es un derecho que me han violado por años", dijo la médica cubana quien arribó a Ezeiza y pudo abrazar por primera vez a sus nietos
La médica disidente cubana Hilda Molina, quien obtuvo el permiso de La Habana luego de 15 años de espera, abogó por el derecho nato de la libertad y aclaró que no es su intención dar un mensaje subversivo.
Cuando los periodistas le preguntaron, desde el portón de la casa de su hijo Roberto Quiñones -en la localidad bonaerense de El Palomar- si estaba agradecida al gobierno castrista por permitirle visitar a su familia en Argentina, la médica aclaró que en primera instancia agradece a cualquiera que no le haga daño a los suyos.
�Pero que con respecto a este tema no es agradecimiento la palabra correcta�, explicó.
�En realidad, mejor, diría que no siento rencor. Pero no estoy agradecida porque esto no es un favor. Es un derecho que me lo han violado por años�, puntualizó.
Dijo que muchos factores se unieron para que ella viniera y contó de las innumerables cartas que le mandó a Raúl y a Fidel Castro para que atendieran a su pedido.
�Como ellos dicen mentiras no pueden creer que uno diga la verdad�, dijo al afirmar que sí cumplirá con el retorno a la isla.
�En un mundo civilizado esto no podía continuar. No es un mensaje subversivo pero uno nace libre y debe permanecer así�, señaló.
Molina se mostró feliz por el reencuentro con su familia, se emocionó y recordó el rol de madre, aunque lamentó haberse perdido la niñez y adolescencia de sus nietos.
�A los argentinos los quiero mucho. Me han ayudado muchísimo�, fue la frase con la que inició la charla con los periodistas y la que repitió al terminar la conferencia.