La embajadora argentina en Cuba, Juliana Marino, anunció en Radio 10 que la médica ya posee el permiso que la habilita a salir de la isla por tres meses y que podrá ser prorrogado en la Argentina

La embajadora argentina en La Habana, Juliana Marino, informó que Hilda Molina "puede viajar a Buenos Aires cuando quiera, incluso mañana mismo", tras haber conseguido el permiso de parte de las autoridades cubanas.

"Ella estaba emocionada y agradecida al gobierno cubano", contó en declaraciones a Radio 10.

Marino infirmó que el trámite que realizó la médica cubana en la embajada fue "breve". "Concluyó un trabajo largo del Gobierno para lograr el permiso", agregó la funcionaria.

El permiso otorgado para dejar la isla y viajar a la Argentina es por tres meses y prorrogable. "Tiene un permiso por tres meses prorrogable. Y si las autoridades lo permiten, puede extenderse", aseguró.

Cristina Kirchner anunció este mediodía que la médica cubana Hilda Molina se encuentra en la embajada argentina en Cuba, con el pasaporte otorgado por las autoridades de ese país, y con la autorización para viajar destino a la Argentina.

El anuncio lo formuló a través de una comunicación telefónica con periodistas acreditados en la Casa de Gobierno, desde la residencia de Olivos.

La primera mandataria sostuvo: "Quiero comunicarles esta muy buena noticia" y al mismo tiempo expresó su "reconocimiento" y "agradecimiento" por el "importante gesto que ha tenido el gobierno del presidente Raúl Castro".

"Vemos con mucha satisfacción este gesto de la hermana República de Cuba en la persona de su presidente y queremos saludar a quien fuera presidente durante tanto tiempo, el comandante Fidel Castro", sostuvo en la conversación.

En la Argentina viven el único hijo de Molina, dos nietos y su madre de 89 años. A comienzos de este año, Molina había pedido a la presidente Cristina Kirchner intercediera ante las autoridades cubanas para que autorizaran su viaje al país.

La madre de la médica vive en la Argentina desde mayo de 2008 tras ser autorizada por el gobierno cubano, tres meses después de que el convaleciente Fidel Castro fuera reemplazado en la presidencia por su hermano Raúl.