"Nadie habla por mí. En mi gobierno, yo hablo de forma oficial", sentenció, claro, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, dando por cerrado el palo en la rueda que sorpresivamente le puso su propio hermano José "Pepe" Scioli al decir que la citación judicial a Francisco de Narváez no hacía más que "embarrar la campaña".

En medio del malestar oficial, sobre todo por parte de Néstor Kirchner, el gobernador bonaerense no tuvo más remedio que bajarle el tono a las declaraciones de su hermano y secretario general de la provincia.

El propio Kirchner se encargó de mostrar su bronca. "Mi candidato es el gobernador. Me quedo con lo que dicen los mayores, no los menores de edad", contestó irónico a La Nacion ante una consulta acerca de las palabras del hermano del gobernador.

El ex presidente, que se había metido de lleno en la disputa con De Narváez, dio ayer por cerrado el tema. "Todo lo que tenía que decir ya lo dije. De eso no hablo más", respondió en un cambio de estrategia que el Gobierno empezó a implementar en las últimas horas.