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23 de noviembre de 2024
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Huracán puntero
Dio vuelta un partido chivo ante Banfield. Arrancó abajo por un gol de Fernández tras un error de Goltz. Pero empató Bolatti con un bombazo y Toranzo selló el 2-1
29 de mayo de 2009
Por primera vez en 15 años Huracán es puntero de un campeonato.

El equipo de Angel Cappa sufrió, luchó, jugó lo que pudo (o lo que lo dejaron) y finalmente festejó, porque se lo merece, porque siempre lo buscó.

En el Ducó derrotó por 2-1 a Banfield, que se puso en ventaja rápido y después apostó a la contra y a romper lo que el local intentaba construir. Pero el Globo se repuso y lo dio vuelta con mucha paciencia, con corazón y con talento en Bolatti y Toranzo para clavarla desde afuera del área y reforzar la ilusión de la gente, de los jugadores y del propio Cappa en esta carrera hacia el título.

Banfield pisó el césped del Ducó con una premisa clara: no dejar jugar a su rival y, cuando recuperaba la pelota, tratar de aprovechar una contra o un error ajeno. Así pudo abrir el marcador. No había pasado mucho en el partido. Porque se jugaba al ritmo que Banfield proponía. Javier Pastoro o Matías Defederico se veían rodeados por dos o más camisetas negras y verdes cada vez que tomaban contacto con la pelota, entonces al Globo le costó mucho generar peligro en el primer tiempo.

Fue Paolo Goltz el mayor pecador. A los 30, el capitán se la quiso dar al arquero Monzón. Primero ensayó peinarla, pero la pelota le dio en la espalda. Se dio vuelta y la tocó con la frente en un intento desesperado por alcanzarle el balón a su arquero, es que Sebastián Fernández ya estaba al acecho. El uruguayo leyó bien el quedo de Goltz y picó como un rayo. Se llevó la pelota ante el desconcierto del defensor y del arquero, y tocó de zurda para poner el 1-0 a favor del Taladro.

Por momentos parecía que a Huracán se le iba a soltar la cadena y que iba a buscar el empate de cualquier manera. Pero no lo hizo. Y se debió a la paciencia y al buen criterio de Bolatti en el medio y de Pastore, que siempre buscó crear juego. Los tuvo Leo Medina tras un excelente centro de Arano, pero Lucchetti le ahogó el grito. Sobre el cierre, a los 44, Bolatti le pegó de primera luego de un rebote. Desde casi 35 metros, de sobre pique. El recorrido de la pelota engañó al Laucha y se metió por el medio del arco: 1-1. El gol llegó justo antes del descanso, como para que Cappa reafirme los principios del equipo. Y Huracán salió a ganar en el segundo tiempo.

Banfield no se salió nunca del libreto que propuso Julio Falcioni y por eso pagó. El Taladro se refugió, dependió mucho del talento individual de Ervitti, Bertolo o Fernández. Entonces Huracán, con la pelota y el campo, a la larga, quiebra a cualquier defensa. Encima Devaca vio la roja a los 22 por una fuerte falta sobre Pastore y Banfield quedó con diez.

Le costó a Huracán, sufrió. Porque Banfield raspaba y se aferraba a un empate que ya no merecía. Probó Arano desde lejos, cerca. También Defederico, apenas afuera. La clave estaba en rematar desde afuera del área. A los 31, Toranzo jugó corto con el Maestrico González un tiro de esquina desde la izquierda y fue a buscar la devolución. Se arrimó al área, se acomodó y sacó el derechazo que se clavó en el segundo palo de un Lucchetti tapado por mil defensores. Hasta pareció que la pelota se desvió en Víctor López. La pelota infló la red e hizo estallar a la tribuna local, repleta de Quemeros eufóricos, que festejaron con locura el pitazo final de Collado y que disfrutan del equipo de Cappa, puntero y con el sueño de ser campeón intacto.