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3 de diciembre de 2024
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Al final, Obama da marcha atrás y mantendrá Guantánamo
Se desdijo y volverá a poner en marcha las cortes militares de Guantánamo luego de criticarlas duramente. El presidente decidió que funcionen, aunque con cambios
16 de mayo de 2009
Sus seguidores más fieles se sienten traicionados, mientras que varios republicanos -incluyendo su rival durante la campaña electoral, John McCain-, lo aplaudieron.

No hay dudas de que la decisión de resucitar las "cortes del terror" establecidas por el presidente Bush para juzgar a algunos de los detenidos en Guantánamo dejaron al presidente Barack Obama en una posición muy delicada.

Luego de haber criticado duramente los oficialmente llamados "tribunales militares", ayer Obama dio marcha atrás y dijo que "representan el mejor modo de proteger a nuestro país, al mismo tiempo que mantenemos nuestros valores más profundos".

Durante su campaña los había calificado de "enorme fracaso" y a poco de asumir había suspendido su funcionamiento hasta el 20 de mayo. Pocos días antes de que expirara ese plazo, tomó esta decisión.

En un comunicado, ayer Obama explicó que EE.UU. tiene una larga tradición en el uso de este tipo de tribunales. Prometió, sin embargo, cambios para que sean más justos.

En primer lugar, no se aceptará como evidencia ninguna declaración que haya sido obtenida bajo tortura y se limitará el uso de evidencias indirectas. Además, los acusados podrán elegir a sus defensores y se garantizarán los derechos de quienes no quieran testificar.

Se supone de todos modos que las cortes no se pondrán en marcha antes de 120 días. Todo esto no fue suficiente para calmar la furia de las organizaciones de derechos civiles y humanos que habían depositado muchas esperanzas en Obama.

"Estos tribunales militares son inherentemente ilegítimos e inconstitucionales", dijo el director de la Unión Estadounidense para las Libertades Civiles, Anthony Romero "de ahora en más podremos hablar de 'la doctrina Bush-Obama'", agregó.

Funcionarios de la Casa Blanca explicaron que la decisión de Obama se debió en parte al temor de que algunos de los detenidos no fueran a ser juzgados correctamente en las cortes federales.

También, en estas cortes es casi imposible evitar que se filtren documentos clasificados relacionados con la seguridad nacional, que en algunos casos serán clave.

Uno de los obstáculos son las torturas. Khalid Shaik Moahammed, el sospechoso de haber sido el coordinador de los atentados del 11 de setiembre de 2001, fue sometido al submarino más de 300 veces.

Existen rumores de que sus interrogadores querían demostrar que Al Qaeda se había infiltrado en Irak, para poder sumar un nuevo argumento en favor de la guerra, algo que -de llegarse a probar en una corte federal- podría conducir a la anulación del juicio.

Más aún, si bien algunos de los detenidos confesaron libremente haber participado en actividades terroristas, nadie les advirtió sobre el peligro de la autoincriminación. La resurrección de estas polémicas cortes tuvo lugar la misma semana en que Obama decidió bloquear la difusión de las fotos que muestran cómo fueron torturados los detenidos. Ambas decisiones han hecho sonar las alarmas en las filas demócratas.

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, aumentó el descontento al decir que ella ignoraba la torturas y que la CIA le mintió al respecto, cuando hay memos que demostrarían lo contrario.

El ex vicepresidente Dick Cheney pidió que se desclasifiquen todos los memos para que se sepa la verdad.