En la ciudad de Belén, y ante el presidente Mahmud Abbas, Benedicto XVI también llamó a "no recurrir a la violencia ni al terrorismo para conseguir sus objetivos"
El papa Benedicto XVI expresó hoy su decidido apoyo a la demanda palestina de un estado propio, en la ceremonia de bienvenida encabezada por el presidente palestino, Mahmud Abbas, en la ciudad cisjordana de Belén.
"Señor presidente, la Santa Sede apoya el derecho de vuestro pueblo a una patria palestina soberana en la tierra de vuestros antepasados, en seguridad y paz con sus vecinos, dentro de fronteras reconocidas internacionalmente", dijo el Papa alemán, en el palacio presidencial de Belén.
Al manifestar su solidaridad con los palestinos, Benedicto XVI afirmó: "Sé cuánto habéis sufrido". En alusión a los refugiados palestinos, señaló: "Mi corazón está con todas las familias que han perdido su hogar. Esta tarde voy a realizar una visita al campo de refugiados Aida para expresar mi solidaridad con los que han perdido tanto".
El pontífice también manifestó su "profunda compasión" con los palestinos que perdieron a sus seres queridos durante la reciente ofensiva militar israelí en la Franja de Gaza y pidió ayuda internacional para la reconstrucción de ese territorio devastado.
Al referirse a los retenes militares israelíes en los territorios ocupados, el Papa expresó la esperanza de que el mejoramiento de la seguridad permita a los palestinos "una mayor libertad de movimiento".
Sin embargo, Benedicto XVI también urgió a los palestinos a no recurrir a la violencia ni al terrorismo para conseguir sus objetivos.
"A los muchos jóvenes en los territorios palestinos les hago hoy este llamamiento: no permitáis que la pérdida de vidas y la destrucción que habéis sufrido susciten amargura o resentimiento en vuestros corazones. Tened el valor de resistir cualquier tentación que podáis sentir de recurrir a actos de violencia o terrorismo".
Con su visita a Belén, la ciudad natal de Jesús, Benedicto XVI inició su primera visita a los territorios palestinos como jefe de la Iglesia Católica. En Cisjordania viven unos 50.000 cristianos entre 2,4 millones de musulmanes.