Los delincuentes que acribillaron a los dos policías retirados en Palermo alcanzaron a robar $ 20 mil que pertenecían a la recaudación del fin de semana de tres locales de una cadena de heladerías.

Según precisaron fuentes policiales a la agencia Télam, los asaltantes rompieron el vidrio de la camioneta Partner blanca que pertenecía a los efectivos y robaron "varios monederos cerrados con precintos con un monto cercano a los 20 mil pesos".

Los delincuentes, sin embargo, dejaron "otros cuatro o cinco monederos" que contenían otros diez mil pesos.

"No sabemos si no los vieron o si los dejaron dentro de la camioneta porque estaban ubicados en la parte trasera y tuvieron que escapar ante la gravedad que había adquirido el episodio", explicaron los voceros.

Los policías trabajaban de recaudadores de la cadena de heladerías Pérsico y habían retirado el dinero de tres locales.

Al momento del asalto -8.30, aproximadamente-, las víctimas se habían detenido a tomar un café en un puesto callejero ubicado en Alfredo Berro, entre Casares y Sarmiento, a 20 metros del Jardín Japonés y frente al ingreso principal al Club de Amigos. Uno de los policías asesinado tenía cinco orificios de bala y el otro ocho, según los primeros datos.

El cafetero, Paulino Baldol, intentó huir pero fue golpeado de costado por un taxi. Fue trasladado al hospital Fernández, donde se recupera. Está fuera de peligro, según los médicos.

"Ellos eran custodios y clientes de todos los días que iban a tomar el desayuno ahí", según contó la hija de Baldol.

De acuerdo al relato de testigos a la policía, los ladrones portaban pistolas ametralladoras y se movilizaban en un auto del que bajaron para encaminarse directamente a los suboficiales, que estaban vestidos de civil y habían cerrado con llave la camioneta para ir tomar un café.

"Se acercaron al personal policial, dijeron que era un asalto, el personal policial se resistió y los delincuentes inmediatamente efectuaron disparos que le provocaron la muerte a los dos suboficiales", precisó Sebastián Seggio, del Departamento de comunicación Social de la Federal.

Las víctimas fueron identificadas oficialmente como Juan Carlos Rojo y Navarrete (su nombre no trascendió). Tras el ataque, los delincuentes escaparon en el auto. En el lugar quedaron los cuerpos y la camioneta -Peugeot Partner blanca de la empresa General Sweet- que tripulaban los suboficiales, con dinero de la recaudación en su interior.

Seggio aseguró que los suboficiales fueron víctimas de un hecho de robo y descartó otra motivación, pese a las dudas que había. "No hay ninguna otra cosa que no sea un robo común que, desgraciadamente, le costo la vida a dos hombres de la Policía Federal Argentina retirados", expresó. "Los delincuentes intentaron llevarse el dinero, esa fue la intencionalidad", agregó.

En tanto, peritos de la Policía Científica relevaron el lugar y hallaron vainas servidas. Tras los primeros peritajes levantaron los cuerpos de los suboficiales asesinados, derivados a la morgue judicial.