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"Star Trek": cómo revivir un mito y no morir en el intento
El filme de J.J. Abrams se propone la difícil tarea de resucitar una saga de culto como "Viaje a las estrellas" y lo logra con inteligencia, sin pasos en falso y con contenido
5 de mayo de 2009
Por Sebastián Martínez

Hablar de "Star Trek" (más conocida en esta parte del mundo como "Viaje a las estrellas") es meterse en un terreno fangoso. En cierto modo, uno se siente como si estuviese hablando de una suerte de religión, de un culto pagano con más fanatismo que el más exacerbado de los monoteísmos. Y es que pocas veces una serie de televisión (luego llevada a la pantalla grande en más de diez ocasiones) ha despertado una devoción tal, que mirar una película se transforme en experiencias completamente distintas para los "iniciados" y para los "legos".

Quienes quedamos fuera del fanatismo de los llamados "trekkies", que se reúnen anualmente alrededor del mundo en convenciones para analizar capítulo por capítulo y película por película la letra dura y las metáforas de "Star Trek", apenas si podemos atinar a sentarnos en las butacas y mirar la nueva versión que se estrena en estos días como si fuese "sólo" una película más. Sabrán disculpar los entendidos, pero quienes no hemos sido introducidos a la secta de "Viaje a las estrellas" sólo podremos hablar de cine.

Y lo cierto es que esta versión de J.J. Abrams (uno de los cerebros detrás de "Lost", "Alias" y "Fringe") no está nada mal. Hay que arrancar aclarando que se trata de una precuela de todas las anteriores. Se trata del relato de los comienzos de la famosa tripulación del USS Enterprise, con el capitán Kirk al frente, el doctor Spock al costado y los infaltables Uhura, "Bones" McCoy, Sulu y Scotty haciendo de las suyas por el puente de mando de la nave.

Pero no es una precuela cualquiera. Es una precuela ubicada en una realidad "paralela". Una nueva realidad justificada argumentalmente mediante una ruptura del continuo espacio-tiempo (que por cierto es una de las obsesiones de Abrams). De este modo, a través de este ardid argumental, el director y productor se da el lujo de arrancar de cero y sacarse de encima todas las posibles objeciones que seguramente llegarían desde los más fieles seguidores de la serie.

Con una maniobra argumental, Abrams ha logrado reescribir la historia de "Star Trek", respetando los personajes originales, pero cambiando la historia. No es tonto Abrams. Y su película tampoco lo es. Para empezar porque tiene un elenco cuidadosamente seleccionado. Ninguno derrapa en lo suyo: desde el nuevo capitan Kirk (ahora en manos de Chris Pine) hasta el nuevo doctor Spock (ahora a cargo de Zachary Quinto), pasando por el siempre simpático Simon Pegg (en el papel de Scotty), Zoe Saldana (en la piel de Uhura), Karl Urban (como el médico "Bones" McCoy), el villano Eric Bana (irreconocible detrás del maquillaje) y, por supuesto, Leonard Nimoy, cuya presencia está plenamente justificada por la trama.

Para resumir el argumento en unas pocas líneas, se puede decir que el asunto arranca en la nave capitaneada por el padre de Kirk, que hay una tragedia heroica, que su hijo intentará seguir su camino (pero sin demasiadas solemnidades) y que de algún modo se irá conformando el equipo que ha hecho de "Star Trek" un producto de culto masivo.

Por supuesto que se le pueden achacar defectos al filme. Algunos conflictos se resuelven demasiado rápido, algunos villanos tardan demasiado en matar a los héroes, algunas cosas salen demasiado bien para parecer reales. Pero después de tantas películas de ciencia ficción y fantasía apuntaladas casi exclusivamente en los efectos especiales, "Star Trek" plantea una historia, personajes con conflictos, algo de humor, y lucidez para meterse en uno de los territorios más áridos de la cultura pop global y salir airoso.

Hasta que no lo expresen públicamente, no sabremos qué opinarán sobre el asunto los expertos en "Viaje a las estrellas". Pero quienes en nuestra infancia no corríamos fanatizados hacia la pantalla del televisor para ver a William Shatner y a Leonard Nimoy vestidos con saquitos ajustados, nos damos por satisfechos. "Star Trek" es una película que, sin ponerse muy exigentes, se puede disfrutar.

Aquí está el trailer:
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