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No todos en el kirchnerismo son tan apocalípticos como el jefe
Las diferencias con el duro discurso del matrimonio presidencial hicieron su aparición. Massa pidió "no especular" con una crisis. Críticas de un ministro de Scioli
4 de mayo de 2009
Dos voces de peso dentro del armado kirchnerista pusieron reparos ayer al tono apocalíptico al que apeló el matrimonio presidencial para ganar las elecciones del próximo 28 de junio.

El jefe de Gabinete, Sergio Massa, disparó las primeras diferencias cuando descartó que el país pudiera volver a la crisis de 2001 si el Gobierno perdiera los comicios. Desde la gobernación bonaerense se sumó Alberto Pérez, principal operador político de Daniel Scioli, que pidió "no dramatizar", informó el diario La Nación.

"No vale la pena hacer especulaciones [sobre la vuelta al caos], porque lo más importante de todo es pensar que la Argentina tiene hoy una situación fiscal, de superávit comercial, de nivel ocupacional del mercado de trabajo que le da fortaleza para seguir adelante en medio de esta crisis internacional fenomenal", sostuvo el jefe de Gabinete.

La línea argumental de Massa se insinúa como un tímido cambio de tono del oficialismo después de los pronósticos de crisis que esgrimieron Néstor y Cristina Kirchner, cada uno a su turno, la semana pasada. Ambos advirtieron que si el Gobierno no alcanzaba la mayoría parlamentaria en las próximas elecciones, el país podría "caer en un vacío" y "explotar", y estarían en "riesgo la gobernabilidad y la estabilidad democrática".

"Lo más importante es entender que hay que cuidar cada puesto de trabajo, cada empresa y todo lo conseguido en estos años", insistió Massa en declaraciones a Radio Mitre, ayer, bien temprano en la mañana.

Sus palabras fueron seguidas por el gobierno de Scioli, que también intenta poner paños fríos ante el fuerte discurso de campaña que instaló el ex presidente. "En esta elección no es nosotros o el caos", se plantó el jefe de gabinete bonaerense, Alberto Pérez, en una clara posición de distancia del matrimonio Kirchner.

Confrontar modelos
"Esta es la elección entre un modelo popular y de inclusión social y uno que encaran los ex funcionarios de la Alianza que nos llevaron a la crisis de 2001. Se debaten dos modelos políticos y económicos bien diferentes", planteó el funcionario y principal operador político de Scioli en un comunicado.

El gobernador bonaerense, que irá segundo en la lista oficialista de candidatos a diputados nacionales que encabezará Kirchner, mantiene un tono más moderado respecto de las elecciones, al igual que Sergio Massa. Desde que decidió ser candidato testimonial, Scioli expresa que éstas no serán unas elecciones más, pero evita hablar de crisis. "Estamos frente a una elección de medio término en la que no hay que dramatizar", pidió ayer Alberto Pérez, a tono con la moderación de su jefe.

En el Gobierno confiaron a LA NACION que el jefe de los ministros intentó explicar lo que estaba en juego en los próximos comicios, pero aclararon que no representaba una diferencia con el discurso oficial, sino, más bien, un intento por llevar calma y moderación.

Esta semana será clave para el armado electoral. Kirchner anunciará su candidatura y estudia hacerlo a través de varias entrevistas a medios periodísticos o bien en alguno de los dos actos que ya tiene en agenda para esta semana en el conurbano bonaerense. Kirchner estará el miércoles en Quilmes y el jueves en Ensenada en sus ya tradicionales salidas de campaña junto con Scioli.

Además, esta semana comenzará la carrera contra reloj para definir la grilla completa de postulantes, en la que Kirchner debe definir distritos clave como la Capital, donde el ex presidente aún no encuentra candidato. El sábado próximo vence el plazo legal para la presentación de candidaturas. Para ese día, el kirchnerismo dice que tendrá instalada oficialmente la postulación del titular del PJ.

Según confiaron a LA NACION cerca del ex presidente, se espera que en los próximos días Kirchner ensaye un discurso más moderado. Fuentes oficiales al tanto de la estrategia explicaron que Kirchner aprovechó la semana pasada para darle a su campaña un alto impacto.

Sin embargo, sostuvieron que se analiza ahora reforzar las explicaciones oficiales de mantener el modelo para sortear la crisis internacional y darle un mayor nivel de optimismo al votante.