El equipo dirigido por Angel Cappa desplegó otra vez un gran fútbol y superó a los mendocinos para acercarse a Vélez. Los de Parque Patricios se ilusionan y quieren más
El "Globo" derrotó por 3 a 2 a Godoy Cruz en el Tomás A. Ducó. Los goles fueron convertidos por Paolo Goltz, Federico Nieto y Matías De Federico, en el complemento. Mientras que para la visita marcaron Iván Borghello y Roberto Jíménez.
Un partido que arrancó como terminó al final de los 45 minutos iniciales, con vértigo, buen juego y muchas situaciones.
Ambos elencos intentaban plasmar su idea de juego sobre el campo de juego, jugando al ras del piso, buscando sociedades y llegando de primera intención a ambos arcos.
Pero quien golpeó primero fue el equipo mendocino, con una jugada por la derecha de Cristian Leiva para Gabriel Valles, quien llegó hasta el final de la banda, para enviar un centro preciso para que Iván Borghello por sobre la marca de Paolo Goltz estampe la apertura del marcador.
A partir de ese momento, de a poco comenzó a crecer el juego del local, por medio de Patricio Toranzo y de Mario Bolatti, desde la media cancha.
Matías De Federico y Javier Pastore fueron los principales jugadores en desandar las mejores situaciones jugadas para los dirigidos por Ángel Cappa, al igual que Federico Nieto.
Tres llegadas para los locales mostraron que estaban mereciendo el empate y así llegaría. Una jugada de pelota parada, y quien apareció fue Paolo Goltz, que de cabeza igualó el encuentro.
Sin embargo, en menos de tres minutos el local se puso arriba, un remate cruzado por la derecha, de contra por parte del elenco “quemero” y el ex atacante de Almagro puso arriba al equipo de Cappa.
Merecido para un Huracán que era efectivo y demostró que estaba mejor que el conjunto mendocino.
A partir de ahí el “Tomba” fue despertándose de la “siesta” en la que se había sumergido dentro de los 20 minutos luego del gol que le daba la ventaja.
A partir de ahí, lo mejor fue para la visita que propuso un ida y vuelta y arrinconó a su rival, al que trató de empatarle el encuentro, algo que finalmente no sucedió.
Se cerraba así un primer tiempo donde lo mejor, además de los goles, era lo propuesto desde ambos lados que hacían de este un muy buen espectáculo.