Pero que Gastón Gaudio haya podido abrazarse nuevamente al sabor de un título es importante para el tenis argentino.

Este challenger de Túnez, que el Gato obtuvo tras vencer en la final al portugués Frederico Gil por 6-2, 1-6 y 6-3, no es un torneo que le haya quitado el sueño (si es que alguno sí lo logró).

Aunque puede ser su renacimiento, el punto de partida para una temporada distinta a las últimas, donde sumó puras decepciones.

Además de haberse sentido cómodo en el polvo de ladrillo de este torneo, en el que apenas entregó dos sets, Gaudio también se llevó consigo una señal de que puede salir de momentos complicados.

Por caso, en la final pasó de llevarse cómodo el primer set por 6-2 a caer el segundo por 6-1. Hasta no hace mucho tiempo, perder de esa manera un parcial hubiera significado una derrota asegurada. Hoy, en cambio, no se desesperó, siguió haciendo su juego, esperó que su rival bajara un poco el ritmo y lo cerró a lo campeón.

Está claro que Gaudio no juega por dinero. Ya no, al menos. Por eso, poco le importa que el cheque para el campeón sea de apenas 18 mil dólares.

Porque el título le reportará valiosos puntos para trepar en el ranking. Así, pasará del puesto 762 al 406 y a partir de mañana tendrá la chance de seguir subiendo ya que recibió una invitación especial para jugar en el ATP de Estoril, donde en el debut lo espera el italiano Fabio Fognini.

Tres semanas faltan para Roland Garros y, si bien por ranking ya está afuera, Gaudio se aferra a su condición de ex campeón para recibir una Wild Card.

Sería el premio justo a un grande que quiere volver a pensar en grande.