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20.000 Callejeros
Con un recital de dos horas, la banda de Villa Celina liderada por Patricio Fontanet volvió a 21 meses de la tragedia de Cromañón y demostró que la comunión con sus fans sigue más viva que nunca. Hubo 20 mil personas en el Chateau Carreras
21 de septiembre de 2006
Por Sebastián Martínez Daniell

Más de 20 mil fanáticos de Callejeros tuvieron finalmente hoy su pacífica fiesta rocanrolera en el estadio Chateau Carreras, donde la banda a la que siguen con devoción se presentó durante casi dos horas, en el concierto que marcó el regreso oficial del grupo a los escenarios, demorado durante 21 meses.

El retorno del grupo liderado por Patricio "Pato" Fontanet fue vivido por los músicos y sus seguidores con espíritu festivo, pero también hubo momentos para recordar y homenajear a los 194 muertos del incendio de República Cromañón.

"Mi viejo dice que muertos son los aquellos a los que no se los recuerda. Y creo nosotros somos los primeros que los vamos a recordar. Todos sabemos que los chicos (fallecidos en República Cromañón) van a estar acá vivos, más vivos que nunca", expresó Fontanet ante los fanáticos.

Tanto el ingreso del público al tradicional estadio cordobés como las dos horas de recital y la desconcentración se llevaron a cabo sin que se registraran incidentes, y rodeados por estrictas medidas de seguridad que movilizaron a más de 1.500 policías provinciales.

De este modo, el ansiado reencuentro de las huestes "callejeras" con la banda de Villa Celina se produjo en el mayor orden, y las autoridades policiales sólo mencionaron la detención de cinco personas por tenencia de estupefacientes y la incautación de unas "pocas luces de bengala" que intentó ingresar al estadio uno de los espectadores.

En los doce meses posteriores a la tragedia de Cromañón, Callejeros se retiró voluntariamente de los escenarios, pero en los últimos meses intentaron en varias oportunidades reencontrarse con su público, hasta que finalmente ahora lo lograron en Córdoba.

El recital de todos modos fue criticado por los grupos de padres de las víctimas que consideran que Callejeros tuvo responsabilidad en el incendio y que no deberían volver a tocar.

Sin embargo, otros grupos de padres y sobrevivientes estuvieron presentes en el Chateau Carreras y ocuparon el palco central del estadio, donde se mezclaron con las remeras y las banderas típicas de los más fanáticos seguidores de la banda.

Los integrantes de Callejeros, actualmente procesados por "estrago doloso" en la causa por la tragedia de Cromañón, salieron al escenario del Chateau Carreras puntualmente, a las 17:00, tal como estaba anunciado.

En las horas previas todo había transcurrido con normalidad y una vez que quedaron agotadas las localidades para el show, alrededor de las 12:00, el público empezó a ingresar al estadio, a través de un riguroso sistema de doble cacheo.

Dos horas más tarde, en la cancha empezaron a tocar los grupos teloneros que "calentaron" el ambiente a la espera del plato fuerte y así fueron pasando: Santa Esquina, La 66, Aucán y La Coca Fernández, todas ellas bandas "amigas" de los hombres de Villa Celina.

Pero el momento más esperado de los últimos meses se vivió cuando el reloj marcó las 17:00 y los cinco integrantes de Callejeros pisaron por primera vez un escenario como conjunto principal de un show, desde el 30 de diciembre de 2004.

Inmediatamente, casi sin esperar a que el público les diera la bienvenida, los Callejeros largaron el tema "Señales", que da nombre a su más reciente álbum, para luego encadenar una seguidilla de otras cuatro canciones apenas interrumpidas por expresiones aisladas de Fontanet como: "¿Están bien?, ¿todo tranquilo?", saludos para La Mona Giménez y arengas al público para que cantara más fuerte.

Pero fue recién antes del sexto tema que "Pato" Fontanet, vestido de negro y de buen humor, se sentó sobre uno de los parlantes del escenario y entabló el primer diálogo con el público.

"Leí hace unas horas que los padres que habían venido a Córdoba a impedir el concierto habían fracasado. No me parece que sea así. Acá no es una cuestión de fracasar o ganar. Creo que la noche del 30 de diciembre de 2004 perdimos todos", arrancó Fontanet, en la primera mención a la tragedia que costó 194 vidas.

Mientras en el tablero electrónico del estadio se podía leer "A los invisibles de siempre", Fontanet continuó reflexionando: "Tuvimos un problema como sociedad jodido, a Callejeros le tocó de cerca, lo volteó, lo pasó por encima. No me parece que no tocando no se los va a recordar (a los chicos muertos en Once). Uno de los primeros que vamos a recordarlos somos nosotros".

Tras señalar que las víctimas del incendio están "más vivos que nunca", la banda retomó su música en medio de una jornada ventosa y sobre un austero escenario, sin telón de fondo, techo, ni agregados escenográficos.

Cuando ya promediaba el show, Fontanet se tomó un momento para agradecer la fidelidad de su público: "Si ustedes no estuvieran acá, nosotros tampoco estaríamos. Es impresionante los huevos que pusieron. Algunos llegaron a las cinco de la mañana. Para nosotros es una emoción terrible".

Pero luego también se refirió a la situación judicial que atraviesa la banda: "Somos una banda de rock. ¿Qué se creyeron?... A nosotros nos chupa un huevo el embargo", indicó al recordar que la Justicia trabó embargo sobre la parte de la recaudación que le corresponde a la banda.

En el tramo final del show, el recuerdo de los jóvenes fallecidos en diciembre de 2004 y así lo hizo explícito el cantante antes de arrancar con "Rocanroles sin destino": "Dedicamos esta canción a los chicos que estuvieron esa noche en Cromañón. Tanto ellos como nosotros necesitábamos esto. Hacer el recital y terminarlo".

Mientras llegaba la etapa de los bises y las puertas del estadio se abrían para dejar ingresar a quienes no tenían entradas, Fontanet dejó sentada la posición del grupo de acá en más: "La idea es volver sin rencores, sin resentimientos. Lo único que queremos es cantar para ustedes. Cuando cantamos somos los tipos más libres del mundo".

Sin embargo, sobre el final del concierto, Fontanet abandonó el tono conciliador y, luego de agradecer una vez al público, a los los productores y a las autoridades, fue explícito contra sus críticos: "A los demas: chúpenla por caretas".