En los hombres la proporción es de 1 en 8. Pero eso no es todo, la participación femenina en cargos electivos estará a la par de la masculina recién en 2047
Las mujeres ya ocupan, en promedio, el 18,4% de los escaños en los parlamentos nacionales. Sin embargo, sólo una mujer de cada 40 llega a ocupar un cargo jerárquico, mientras que en los hombres la proporción es de 1 en 8.
Ésta es una de las muchas evidencias de las desigualdades de género contenidas en el informe bianual de Unifem (Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer), que fue presentado ayer en Río de Janeiro, según pudo saber el diario Clarín.
El "Progreso de las mujeres en el mundo 2008/2009" busca contestar al tema "¿Quién rinde cuentas ante las mujeres? Género y responsabilidad". Se trata de un enfoque complejo, que no facilita la comprensión de las estadísticas que incluye, muchas de las cuales no son equiparables, o están presentadas de una manera confusa. Gira en torno del derecho de las mujeres a monitorear sus derechos y a exigir su cumplimiento.
Por otra parte el documento ofrece ejemplos de avances que, por parciales, disimulan los escasos logros cuantitativos. Por ejemplo, frente a los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que deberían alcanzarse en 2015, al ritmo actual de incremento, la participación femenina en cargos electivos estará a la par de la masculina recién en 2047.
La falta de acceso a los servicios, señala el informe, afecta más a las mujeres que a los hombres y conspira contra sus derechos, sobre todo en las naciones pobres. En los países en desarrollo, un promedio de una de cada 76 mujeres muere por causas relacionadas con la maternidad, mientras en los países desarrollados la proporción es de una cada 8.000.
En la mayoría de las regiones, una de cada cuatro mujeres no puede decidir respecto de su propia salud y, en consecuencia, de su posibilidad de tener acceso a los servicios. La capacidad de decisión es aún menor cuando están casadas, salvo en el Primer Mundo.
La brecha salarial por género es, a nivel mundial, del 17%, y mayor en el sector privado. Pero el promedio oculta inmensas desigualdades: el 22% en Estados Unidos, Alemania, Eslovaquia, Colombia; el 28% en Canadá; el 33% en Japón; y el 51% en Georgia.
En el mundo, la proporción de hombres que acceden a altos puestos directivos oscila entre 1 cada 6, y 1 cada 9. Pero aún en los países desarrollados, donde la proporción de trabajadores y trabajadoras a tiempo completo es similar, sólo una de cada 42 mujeres accede a un cargo ejecutivo.
La globalización ha incrementado la fuerza laboral femenina, pero en situación desventajosa: "El empleo de la mujer, como agricultura, empleada de fábrica o trabajadora doméstica es cada vez más un eslabón en las 'cadenas mundiales de suministros' que se extienden desde las mujeres que cosen ropa en el Asia Meridional o en América Latina hasta el consumidor que compra esa ropa en una gran tienda de lujo de una de las metrópolis del mundo", señala el informe. Se trata con frecuencia de mano de obra no calificada, "flexible" y a menudo en negro.
El capítulo dedicado a la justicia señala importantes retrasos en la adecuación de la legislación y la justicia locales, a los tratados internacionales de derechos humanos relativos a la igualdad, además de estar teñida por prejuicios. Entre las recomendaciones, Unifem plantea, con tibieza, "que se trate de lograr cambios a largo plazo en las actitudes sociales, incluido un firme compromiso en pro de eliminar la violencia contra la mujer en el hogar, dada la dimensión cultural de los sistemas de justicia".
Finalmente, Unifem reflexiona sobre su propia realidad: la insuficiencia de recursos y de personal hace difícil que la ONU logre una diferencia positiva en la vida de las mujeres.