Emotivo regreso con un recital en Luján. Cantó sus éxitos y el Himno nacional. Un retorno en medio del tratamiento de recuperación. Estuvo Palito Ortega
Por Roberto Aguirre Blanco
Fueron 35 minutos y fue histórico. Nadie podía imaginar que este lunes 30 de marzo, de un momento a otro, se iba a producir el esperado regreso de Charly García del infierno de su internación y de meses de tratamiento, tras la dura crisis que vivió en junio pasado.
Con más kilos, con cierta lentitud en sus movimientos, pero tan carismático como siempre, el astro del rock vivió un recreo personal y se dio el gusto de tocar siete temas de su clásico repertorio, en un mini recital que fue de menor a mayor.
Sin la potencia de su voz, ni saltos, ni ataques de locura de otros tiempos, este Charly que aún está bajo el amparo de la justicia y en un lento proceso de recuperación psíquica y de su adicciones, disfrutó e hizo gozar con los mejor de su talento: la música.
A las 18:03, saltó de una combi que lo llevó desde su actual domicilio, la quinta de su amigo Palito Ortega, en Luján, y con paso dudoso y lleno de temor se subió a una pequeña glorieta en medio de la plaza principal de Luján, a metros de la Basílica.
Allí lo esperaron cerca de mil personas que lograron enterarse a tiempo de la convocatoria y llegaron a este lugar ubicado en la zona oeste de la provincia de Buenos Aires.
El primero de los siete temas fue “Demoliendo hoteles”, un clásico no casual, que inmediatamente trajo a la memoria los duros días de junio de 2008 cuando en un hotel de Mendoza, Charly mostró su peor cara, en una caída sin escalas al fondo del infierno.
Con una voz apagada, producto de sus medicación y un físico que por tener más kilos no tiene aún mas energía, susurró mas que cantó el tema, pero a su fans poco les importó.
Un poco más enérgico fue “Promesas en el bidet”, donde intentó levantarse de su silla en el piano pero a los pocos minutos volvió a sentarse, agobiado por el momento de emoción que vivía.
Charly está aún bajo tratamiento médico con una rutina de ejercicios y horarios que debe respetar en su recuperación lenta pero progresiva de su estado de salud, siguió el concierto con “Cerca de la Revolución”.
Sin dudas, luego de sus primeras salidas (concierto de Peter Gabriel, para ver la obra de Antonio Gasalla y el estreno de la película de León Gieco), el músico, su entorno y los médicos evaluaron como un buen test para ver su estado este reencuentro con su público en un recital en vivo.
El tercer tema, más relajado y con el público encendido, comenzó a verse un mejor Charly con el tema “No me dejan salir”, mientras en la cuarta canción, la conmovedora “Influencia”, García ya se paró y con micrófono en mano, cantó cara a cara con el público que seguía llegando al lugar.
Por un momento se desbordó, pero un ruego de Charly. “Lo único que les pido es que no derriben las vallas, es lo único que les pido”, alcanzó para calmar a la multitud.
Detrás del improvisado escenario se ubicó una bandera que decía “La paz es posible, si ustedes quieren”, una frase que sugirió el mismo astro.
Feliz, a un costado del escenario, Palito Ortega, disfrutó el mini concierto y festejó cada uno de los temas que cantó su entrañable amigo.
“Nosotros vamos a seguir rockeando”, dijo Charly cuando arremetió con el penúltimo tema “No voy en tren” que deliró a un público que ya había superado todas las medidas de seguridad.
Con el último acorde, sumó su versión del “Himno Nacional Argentino” que lo cantó con lo que le quedaba de voz y fuerzas para al terminar irse levantado en el aire por los guardaespaldas que lo llevaron nuevamente a la combi y a su refugio en el campo de Palito.
Fueron minutos de alegría, de gozo y de realidad, la que hoy vive Charly, ciertamente muy recuperado de su duro momento en 2008, lejos en vitalidad del que todos conocieron años atrás, pero sin duda con una gran oportunidad para regresar a su gran amor: estar haciendo música para su gente.