Diego, el director de orquesta - Asteriscos.Tv
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3 de diciembre de 2024
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Diego, el director de orquesta
El debut de Maradona en el seleccionado sirvió para demostrar su magnetismo y la incondicionalidad de la gente. Este equipo enamora y Diego es Roberto Galán
28 de marzo de 2009
Por Roberto Aguirre Blanco (En el Monumental)

Los más de 47 mil personas que estuvieron este sábado en el Estadio Monumental fueron privilegiadas, y como ocurrió con los tres mil hinchas originales que presenciaron el debut en la primera división de Diego Maradona, el 20 de octubre de 1976, en el tiempo se multiplicarán en millones.

“Yo estuve el día que Diego debutó con el seleccionado”, comentarán en algunos años o décadas, miles de personas que dirán la verdad o tendrán una “mentira piadosa” para sumarse al sueño de haber vivido una jornada irrepetible en la historia del fútbol argentino.

El Monumental colmado, como pocas veces, y con un detalle que hace mucho no se ve en el fútbol argentino: mucha felicidad, expectativa y una fiesta compartida por hombres, mujeres y chicos.

La fiesta está vez sí fue de todos y, ante tamaño entorno y expectativa, los intérpretes, eximios solistas de música futbolera y un director de orquesta seguro y atractivo, no defraudaron.

Algunos dirán que el rival fue una floja medida, pero se sabe que la presión no era Venezuela, sino justamente el entorno, la recuperación de la memoria futbolística y devolverle al líder de afuera de la cancha la confianza y el mensaje que le asignó a cada uno de los jugadores.

“Tienen otra actitud, juegan para gustarle a Diego”, dijo un hincha que no paraba de aplaudir los toques del equipo y la búsqueda constante de llegar al arco rival desde la platea de la tribuna San Martín, donde estuvo Asteriscos.

“Mascherano ya se creyó que es el mejor jugador del mundo”, comentó otro hincha que le marcaba a su pequeño hijo la forma cómo el volante del Liverpool movió los hilos del juego del seleccionado y se transformó en ese jugador emblemático que Diego quiere en la cancha.

La sucesión de goles y situaciones que la Argentina creó liberaron los aplausos y el partido se convirtió en un goce pleno con momentos irrepetibles de "uhh..." de la gente ante cada apilada inolvidable de Lionel Messi, nacido para que la tribuna enloquezca con su juego eléctrico.

Otra buen noticia: la llegada de Diego como entrenador renovó –no mucho, si un poco- el repertorio de canciones de aliento a la celeste y blanca y al ya oxidado “Vamos, vamos Argentina...”, se le sumó el “Vení, vení, canta conmigo, que un amigo vas encontrar y de la mano, de Maradona, todos la vuelta vamos a dar”, y el estremecedor “Maradadooo...” que cada vez que estalló Diego agradeció con aplausos.

Intensa fue la participación de Maradona en el partido, parado los 90 minutos, dio indicaciones y vivió a pleno el cotejo y festejó como un hincha más cada uno de los goles.

Cuando decidió los cambios, el ingreso de Juan Sebastián Verón fue su gran apuesta y allí también tuvo un rol protagónico el ex “Diez” del seleccionado.

La “Bruja” -luego Diego reveló que jugó infiltrado- sacó a relucir lo mejor de su repertorio tocando de primera con Messi en una sociedad que es un lujo para los ojos.

Sin embargo, desde algunos sectores de la popular cada vez que el jugador tocaba el balón se escuchaban silbidos incoherentes.

“Son estúpidos, yo quiero a 11 Verón en la cancha”, gritó enojado otro hincha con buena memoria.

Desde el banco de suplentes, Diego giró hacía la platea San Martín y pidió aplausos para “La Bruja”, que en pocos minutos se convirtieron en ovación en cada intervención del jugador de Estudiantes para luego escuchar un ensordecedor grito con el nombre del volante.

Felicidad en estado puro de los hinchas, un recuerdo que será histórico para los que estuvieron en la cancha de River, y algunos que no dudaron en gritar: “Es para Riquelme que lo mira por TV”.

Ese cántico no lo compartió Diego, que desde su lugar movió la cabeza diciendo “no”, con un dejo de tristeza.