Macri ya tiene todo listo. Ambos serán sus candidatos para diputados nacionales. Pero aún no cerró con Solá, quien anda diciendo que "no está nada cerrado". ¿Le avisaron?
Mauricio Macri lo tiene decidido: Francisco de Narváez mide mejor en las encuestas que Felipe Solá y encabezará la lista del macrismo y el PJ disidente en la provincia de Buenos Aires y Gabriela Michetti será su carta para la boleta de diputados nacionales por la Capital Federal.
El líder de PRO se reunió el lunes con su vice y acordaron la jugada en Capital. Y este fin de semana lo hará con De Narváez y Solá para terminar de cerrar un acuerdo delicado, que nadie descarta que vuele por los aires a último momento, informó el diario Clarín.
"No está nada cerrado todavía", afirmó anoche Solá a Clarín y explicó que hay muchos cabos que deben ser atados con cuidado antes de cualquier anuncio oficial.
Lo cierto es que los operadores del triple entente explican que el adelantamiento electoral volcó la batalla por encabezar la lista. Solá, que renunció al bloque K en noviembre, necesitaba tiempo para terminar de despegarse del oficialismo. Había trazado un plan para acelerar los motores de su campaña en abril, ir creciendo de a poco y llegar a agosto como principal referente de la oposición.
"Cuando estábamos por salir a la cancha, nos dicen que el partido ya va por el minuto 89. Y para peor, nuestro rival lo venía jugando desde el minuto cero, porque hace un año que está en campaña", graficó un armador del felipismo.
El día que se conoció la propuesta oficial para votar el 28 de junio, De Narváez celebró y Felipe comenzó a asumir que no le alcanzaba el combustible para pelear el primer lugar. Aprovechando que su banca vence en 2011, podía darse el lujo de no jugar su nombre este año. Eso sí, le pondrá un precio alto a su resignación: entre ellos, tener el mayor poder de decisión en el armado de la lista y asegurarse que su figura tendrá un lugar destacado en el nuevo Congreso.
Macristas y denarvaistas admiten que Felipe debe ser compensado. Pero eso no significa que a Solá le será sencillo asegurarse sus pedidos. Habrá una dura batalla por los lugares que seguirán a De Narvaéz en la boleta. Tampoco le será fácil posicionarse como el referente indiscutido del espacio del PJ disidente y el PRO en la cámara baja si Michetti va al Congreso.
El escenario en Capital es menos conflictivo. Hasta hace menos de un mes, incluso en las horas previas a subirse al avión que la llevó a Centroamérica --donde pasó sus vacaciones--, Michetti describía los tres cuadros que se analizaban en el macrismo: ella afuera de la campaña electoral para preservar su puesto de vicejefa, ella como candidata a legisladora y ella como candidata a diputada nacional. Al único que se oponía era al tercero. "Como diputada no voy. Y Mauricio ya lo sabe", decía.
Pero estaba en Guatemala cuando recibió un llamado del propio Macri: "Gaby, ¿No sabés lo que pasó?. Kirchner adelantó las elecciones". Michetti se la vio venir: "Dejame terminar en paz las vacaciones y hablamos a la vuelta".
Macri fue el lunes al PH que la vicejefa tiene en Monserrat y se sentaron a conversar en el patio. La charla duró casi cuatro horas (antes de terminar se sumó Marcos Peña, secretario general del Gobierno y amigo de Michetti) y Macri le robó un sí. "Gabriela entendió que lo que antes era un disparate, ahora es casi una obligación. Si Kirchner juega a todo o nada, el PRO tiene que estar a la altura", contó a Clarín un michettista de conversación diaria con la vicejefa.
Macri no desconoce los planes futuros de su socia y le concedió un deseo: la van a dejar seguir de cerca la gestión en la Ciudad, incluso va a participar de las reuniones de Gabinete y de la mesa chica del espacio. Está claro que Michetti no quiere alejarse de los problemas locales: sueña con ser jefa de Gobierno en 2011.