El jurado declaró a Josef Fritzl culpable de homicidio por la muerte en cautiverio de uno de los 7 hijos que tuvo con su hija, a quien mantuvo presa durante 24 años
El jurado declaró a Josef Fritzl culpable de homicidio por la muerte en cautiverio de uno de los siete hijos que engendró con su hija, a quien mantuvo presa durante 24 años.
Fritzl fue declarado culpable de todos los cargos en su contra por la privación ilegítima de la libertad de su hija, a quien mantuvo presa en un sótano que él construyó bajo su casa.
El jurado no pronunció sentencia, pero el solo cargo de homicidio conlleva prisión perpetua.
Ayer, Fritzl revirtió su declaración inicial y admitió ante una corte ser culpable de todos los cargos en su contra, luego de escuchar el testimonio de 11 horas en video de su hija a la que violó y mantuvo en cautiverio.
El hombre, de 73 años, admitió haber esclavizado a su hija Elisabeth en un sótano construido con ese propósito bajo su hogar, y dijo ser culpable del asesinato por negligencia de uno de los bebés, al negarse a buscar el tratamiento médico necesario. Su cambio de opinión también alteró su declaración de "parcial" a culpable total del cargo de violación.
"El chacal" había negado las acusaciones de asesinato y esclavitud, los dos cargos más graves, en el inicio del juicio el lunes en St Poelten, una capital provincial al oeste de Viena, pero ahora, de ser hallado culpable por un jurado de ocho personas, la sentencia máxima sería cadena perpetua, mientras que la mínima sería de 10 años.
La fiscalía ha pedido que sea enviado a un hospital psiquiátrico y la corte podría determinar que deba permanecer allí indefinidamente, independientemente de la sentencia.
Fritzl admitió su responsabilidad por la muerte de un bebé, que falleció poco después de nacer en el sótano ubicado en la central ciudad de Amstetten, en 1996. "Esperaba que el pequeño sobreviviera, pero debería haber hecho algo. No sé por qué no ayudé. Simplemente perdí de vista (el problema)", declaró el miércoles ante la corte.
La fiscalía dijo que Fritzl violó de forma reiterada a su hija ante la mirada de los niños, encerrados bajo su casa en la pequeña localidad central de Amstetten, utilizándola como si fuera de su propiedad.