El calentamiento de los océanos podría acelerar dramáticamente el deshielo del casquete glaciar de la parte occidental de la Antártida, frente a América del Sur, según unos estudios que aparecerán el jueves en la revista Nature.

Un primer estudio, basado en el análisis de sedimentos, indica que en los últimos cinco millones de años, las fluctuaciones del hielo en la parte occidental de la Antártida siguieron ciclos de 40.000 años relacionados con el cambio de inclinación de la Tierra en relación al Sol.

"El ciclo de 40.000 años está relacionado con las variaciones de inclinación de la Tierra", consideró el principal autor del estudio, Tim Naish, de la universidad de Wellington, en Nueva Zelanda, según reproduce el diario Ambito Financiero.

"En ausencia de seres humanos, esos ciclos continuarían al mismo ritmo en un futuro, en escalas de varias decenas de miles de años", declaró a la prensa David Pollard, de la universidad estatal de Pennsylvania y uno de los autores del segundo estudio, que es un modelo.

Pero con el aumento de los gases con efecto invernadero, que provocan una aceleración del calentamiento del planeta, "se necesitarían entre uno y varios centenares de años para que las aguas oceánicas alrededor de la Antártida alcanzasen una temperatura suficiente para que el hielo desapareciera casi totalmente de la parte occidental del continente dentro de varios miles de años".

"Descubrimos que el calentamiento del océano y el deshielo de las plataformas flotantes glaciales son los principales factores que controlan las variaciones del hielo en esa región", subrayó Pollard en un comunicado.

Los glaciales del casquete polar antártico avanzan hacia el océano y sus extremos, antes de romperse en icebergs, forman plataformas unidas aún al continente.

La desaparición de esos extremos por el calentamiento del océano provocaría una aceleración del deshielo de los glaciares, que terminarían por derretirse completamente.

El deshielo del casquete de la Antártida occidental provocarían un aumento de cinco metros en el nivel de los océanos, advierte también en Nature Philippe Huybrechts, un investigador de la universidad Vrije de Bruselas.