Néstor Kirchner sufrió hoy en Catamarca su primera derrota electoral del año en manos de un ex aliado, el radical Eduardo Brizuela del Moral, un gobernador cercano al vicepresidente Julio Cobos que impuso con comodidad su lista legislativa ante un frágil armado de unidad en el PJ.

Se trata de un incómodo revés electoral para el ex presidente en su debut en las urnas como jefe del PJ nacional y en la inauguración de un año difícil para el Gobierno, que deberá sortear el malestar cosechado en varias provincias a raíz
del prolongado conflicto agropecuario.

Sobre la base de 427 mesas escrutadas de un total de 652, el Frente Cívico y Social que conduce el gobernador se quedaba con 43,8 por ciento de los votos, mientras que el Frente Justicialista para la Victoria obtenía el 31,48 por ciento de adhesión y, más lejos, Otro País es Posible -que representa a la fuerza de Alberto Rodríguez Saá- se hacía con el 3,8 por ciento de los sufragios.

De mantenerse esta tendencia, el oficialismo provincial conseguiría 12 de las 21 bancas de diputados en juego y 6 de senadores para la Legislatura local, mientras que el frente justicialista se quedaría con nueve y dos respectivamente.

Desde el balcón de la Casa de Gobierno y bajo una intensa lluvia, Brizuela del Moral dedicó el triunfo "a todas las provincias" del país y cuestionó la impronta nacional que el Gobierno les dio a los comicios legislativos con el envío de "todo el Gabinete nacional" en las últimas semanas para apuntalar la lista de candidatos del frente justicialista.

"Se lo dedico a todos los argentinos, a todas las provincias, porque ha triunfado la democracia, la solidaridad, la inclusión social, todas las obras y acciones que estamos llevando a cabo", sostuvo el gobernador, mientras a sus pies militantes oficialistas le dedicaban el triunfo "a Kirchner que lo mira por TV".

Al igual que en la caravana de cierre de campaña, Brizuela del Moral rechazó las acusaciones de Kirchner y remarcó que el Frente Cívico "no tiene que abrir ninguna tranquera", por lo que desafió al kirchnerismo a "entrar por la puerta grande a Catamarca para trabajar por el país".

"Me siento orgulloso por la dignidad de todos los catamarqueños que han sabido decir que estamos de pie y seguiremos de pie", advirtió el gobernador, quien rechazó además las denuncias del PJ sobre clientelismo político y denunció "pequeños incidentes que
quisieron empañar el acto electoral y no pudieron".

La débil unidad alcanzada en el PJ entre el kirchnerismo y los sectores que respondían al sindicalista Luis Barrionuevo y el senador Ramón Saadi no alcanzó para revertir la tendencia electoral en la provincia, gobernada desde 1991 por el Frente
Cívico, que encabeza la UCR.

Si bien se trató de una elección legislativa provincial de la que participó menos del uno por ciento del padrón de todo el país, la contienda ganó fuerte relevancia a nivel nacional a raíz del enfrentamiento de fondo entre Kirchner y Cobos, a pesar de que finalmente el vicepresidente no visitó la provincia por el rechazo del gobernador a compartir el triunfo.

El gobernador, que contó con el respaldo del vicepresidente, aclaró sin embargo que espera recomponer su relación "institucional" con el Gobierno nacional una vez concluida la jornada electoral.