Es el primer paso del plan impulsado por el presidente Barack Obama para poner fin a las operaciones de combate en agosto de 2010, lo aseguró el general Perkins
El portavoz de las fuerzas estadounidenses en aquel país, el general David Perkins, indicó que también los británicos reducirán su contingente en los próximos meses.
El Ejército estadounidense anunció hoy que retirará 12.000 efectivos de Irak en los seis próximos meses, un primer paso del plan anunciado por el presidente Barack Obama para poner fin a las operaciones de combate en agosto de 2010.
"Dos equipos de brigadas de combate cuya reubicación (retirada) estaba prevista para los próximos seis meses, incluidas las fuerzas de apoyo, ingenieros e inteligencia, no serán reemplazados", según un comunicado militar revelado hoy por la agencia de noticias Europa Press.
En estos momentos hay 14 brigadas de combate estadounidenses en el país árabe, unos 140.000 militares, con lo que tras esta reducción serán unos 128.000 los que queden en Irak. Para el 31 de agosto de 2010 habrá entre 35.000 y 50.000 militares de ese país como apoyo y adiestramiento, no de combate.
El portavoz de las fuerzas estadounidenses en Irak, general David Perkins, indicó que también los británicos reducirán su contingente en los próximos meses, aunque en unos 4.000 militares.
"Reubicaremos nuestros efectivos por el país (...) en base al nivel de amenaza", indicó Perkins.
Obama anunció el pasado 27 de febrero, en un discurso realizado en la base militar del Ejército en Camp Lejeune, en el estado de Carolina del Norte, que "para el 31 de agoto de 2010 se habrá terminado nuestra misión de combate en Irak", tal como se había comprometido durante la campaña electoral que lo llevó a la Casa Blanca.
En el anuncio, hecho a poco de cumplirse el sexto aniversario del inicio de la invasión, Obama advirtió también que todavía quedarán "días difíciles" por venir, y aseguró que el objetivo de su gestión será ampliar su estrategia al resto de países de la región, "incluidos Irán y Siria", para abordar los desafíos del futuro en Oriente Próximo desde una posición "más sensata y sostenida".
En aquel momento, el presidente anticipó el inicio de un periodo de transición hasta acabar de forma definitiva la guerra de Irak "de forma responsable", asegurando que Estados Unidos promoverá el establecimiento de un gobierno iraquí "soberano", "estable", "representativo" y "responsable", en un país que esté "libre de terroristas".