Por la fuerte crisis que afecta a la industria, Volkswagen parará la producción durante cinco días en Alemania, medida que aplica en varias plantas por primera vez desde hace 25 años para evitar exceso de capacidad. Opel reclama más ayuda.

Esta medida, a partir de hoy, afecta a 61.000 trabajadores de los 92.000 empleados de Volkswagen en ese país. El parón de la producción no afecta, sin embargo, a la división de investigación y desarrollo, ni a parte de la de componentes y la de formación, informó el diario La Nación.

A partir del 1 de marzo próximo, los trabajadores del turno de noche reiniciarán de nuevo su actividad. El mayor fabricante automotor de Europa quiere evitar un exceso de capacidad debido a la caída de las ventas por la crisis económica.

El llamado subsidio ecológico o de desguace, la ayuda estatal para comprar un automóvil nuevo introducida en Alemania a finales de enero, ha impulsado las ventas de modelos pequeños como el Fox y el Polo, pero VW no los fabrica en Alemania.

El jefe del comité de empresa del constructor automotor alemán Opel, filial del gigante estadounidense General Motors, que atraviesa grandes dificultades, abogó hoy por obtener una ayuda europea para evitar la bancarrota.

No habrá una "solución alemana aislada para Opel", declaró el presidente del comité de empresa, Klaus Franz, a la radio Deutschlandfunk. "Si hallamos una solución, será una solución europea", agregó.

Opel había solicitado la ayuda del gobierno alemán para escapar a la quiebra. Según la prensa, necesitaría 3300 millones de euros para compensar las pérdidas derivadas de la caída del mercado automotor, ahora que su casa madre, General Motors (GM), está centrada en su propia lucha de supervivencia en Estados Unidos.

El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, también abogó el sábado pasado por una ayuda internacional destinada a salvar las fábricas de Opel en Europa. Berlín está a la espera de que Opel presente un concepto viable para sus actividades, antes de decidir si le concede garantías para préstamos.

"No puede haber un cheque en blanco", dijo hoy Thomas Steg, portavoz adjunto del gobierno.