Benedicto XVI condenó los dichos del sacerdote lefebvrista y confirmó que viajará a Israel en mayo. "El Holocausto fue un crimen contra Dios y contra la humanidad", dijo
El Holocausto fue "un crimen contra Dios y contra la humanidad" y minimizarlo o negarlo es "inaceptable e intolerable", sobre todo si quien lo hace es un hombre de la Iglesia.
Con estas palabras, Benedicto XVI volvió a reafirmar ayer, con todas las letras, su fuerte condena del Holocausto. Lo hizo con la intención de cerrar la crisis que desencadenó el levantamiento de la excomunión a Richard Williamson, el obispo lefebvrista que negó la existencia de las cámaras de gas en los campos de concentración nazi y habló de entre 200.000 y 300.000 víctimas en lugar de seis millones.
Sin embargo, el Santo Padre no mencionó explícitamente el caso de Williamson en su renovada condena del Holocausto. Además, el Pontífice pidió perdón a los judíos "por las injusticias sufridas", con palabras utilizadas por Juan Pablo II en su histórica oración ante el Muro de los Lamentos, en 2000. "Estamos profundamente tristes por el comportamiento de aquellos que han hecho sufrir a vuestros hijos y pido perdón", señaló ayer el Papa.
En un discurso fuerte y claro, pronunciado en su primer encuentro con líderes del mundo judío desde el estallido del escándalo, el Papa también confirmó que irá a Israel. El viaje, que se realizará entre el 8 y el 15 de mayo, según fuentes vaticanas, había sido puesto en duda por la guerra en Gaza, primero, y por el escándalo Williamson, después.
"El odio y el desprecio por hombres, mujeres y niños que se manifestó en el Holocausto fue un crimen contra Dios y contra la humanidad. Esto debería estar claro para todo el mundo, especialmente para aquellos que se basan en la tradición de las Sagradas Escrituras", dijo Benedicto XVI, en una audiencia en la que recibió a los presidentes de las mayores organizaciones judías de Estados Unidos.
Golpeado en las últimas semanas por una oleada de críticas no sólo de la comunidad judía, sino también de cardenales y obispos de la Iglesia Católica, y de su compatriota, la canciller alemana Angela Merkel, Joseph Ratzinger recordó sus visitas a las sinagogas de Colonia y Nueva York, y su ida al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau.
"La humanidad entera siente una profunda vergüenza ante la salvaje brutalidad demostrada sobre vuestra gente", dijo el Papa a los presentes. Y aseguró que la Iglesia Católica está "profunda e irrevocablemente" comprometida en rechazar toda forma de antisemitismo y en seguir construyendo buenas relaciones con los judíos.
"Ahora que estamos en condiciones de encontrarnos en un espíritu de reconciliación, no debemos permitir que las dificultades del pasado nos impidan ofrecernos recíprocamente la mano de la amistad", agregó según el diario La Nación.
El discurso del Papa fue aplaudido por los presentes y bien recibido por la comunidad judía en general. "Nunca tuvimos un conflicto con el Papa, sino con el obispo negacionista", dijo Oded Weiner, jefe del Rabinato de Israel.
Weiner adelantó que las conversaciones teológicas entre el Rabinato de Israel y el Vaticano, suspendidas por el escándalo Williamson, se reanudarán el 12 de marzo.
Pero Abraham Foxman, presidente de la Liga Antidifamación, sostuvo que el Papa debería volver a excomulgar a Williamson. "El discurso de hoy fue importante, pero no trajo un cierre [de la crisis] -dijo-. No se puede condenar el Holocausto y el antisemitismo, y rehabilitar a alguien que al día de hoy sigue siendo antisemita y negando el Holocausto."