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Cristina negocia por Aerolíneas
La visita de la presidenta a España intenta cambiar la realidad de la compañía. El Estado compraría 30 aviones Airbus por US$ 1500 millones y Marsans retiraría una demanda
6 de febrero de 2009
En la mayor de las reservas, Cristina Kirchner dio la orden de cerrar antes de su visita de Estado a España, entre el lunes y el martes próximos, un acuerdo que permita saldar el conflicto con el grupo Marsans tras la reestatización de Aerolíneas Argentinas. Ayer, en el mismo momento en que la Presidenta anunciaba en la residencia de Olivos un acuerdo salarial con los trabajadores de esa compañía aérea y justificaba su expropiación, un grupo de sus colaboradores avanzaba en un nuevo acuerdo con Marsans.

El nudo de la negociación contra reloj que lleva adelante el ministro de Planificación, Julio De Vido, es la compra por parte del Estado argentino de 30 aviones a la empresa Airbus por unos 1500 millones de dólares, que formaban parte de una operación firmada por Marsans en 2007, cuando controlaba la compañía argentina, según analiza el diario La Nación en su edición de este viernes.

Dos fuentes oficiales dijeron a La Nacion que la negociación que llevan adelante el equipo de Planificación y el secretario de Transporte, Ricardo Jaime, le permitiría a la compañía Marsans recuperar una seña multimillonaria pagada al consorcio europeo de aviación, porque la Argentina absorbería una parte del contrato.

La cifra del anticipo para la adquisición de 73 aviones pagado por Marsans nunca fue revelada. Allí radica el punto clave de las tratativas, porque en caso de que se cierre el acuerdo y Marsans recupere la seña, ésta podría ser considerada como un virtual resarcimiento por la expropiación de Aerolíneas. A cambio, los españoles levantarían la demanda presentada ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi).

Cristina Kirchner necesita llegar a las citas con el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y con los reyes Juan Carlos y Sofía con un gesto de buena voluntad, luego de la crisis que produjo la decisión de avanzar sobre la compañía aérea en manos del grupo español. La relación con España alcanzó un pico de máxima tensión en octubre pasado cuando a esa medida se sumó la eliminación de la jubilación privada, que en España produjo una profunda caída bursátil porque bancos de ese país tenían inversiones millonarias en el sistema de AFJP.

"Alcanza con que Cristina exponga la voluntad de un acuerdo, que es lo más probable. Si se concretara lo de Airbus, traería oxígeno importante al conflicto abierto por la expropiación", dijo uno de los funcionarios más importantes que integrarán la comitiva presidencial.

Ingeniería financiera
La operación, que anoche se negociaba en diferentes despachos de la administración nacional, de la española Marsans y de Airbus, contemplaría el traspaso de una parte del contrato firmado por Marsans en 2007 para equipar con nuevas unidades las flotas de Air Comet, Spanair, Aerolíneas Argentinas, Austral y Air-Comet Chile. El Estado argentino se haría cargo de unos 30 aviones comprometidos para Aerolíneas Argentinas, Austral y Air-Comet Chile a cambio del pago a Airbus de 1500 millones de dólares.

La traba es cómo se estructura la ingeniería financiera para que la compañía argentina pueda afrontar ese reequipamiento sin ahogos en el futuro. La clave es un entendimiento entre las tres partes. Caso contrario caería la operación y el conflicto con Marsans continuaría abierto.

Los aviones son Airbus 330, 320 y 319. Los primeros tienen capacidad para transportar 280 pasajeros. Cuestan unos 200 millones de dólares y Aerolíneas Argentinas los destinaría a vuelos internacionales, en las rutas a Europa y Estados Unidos.

Los 320, capaces para transportar 160 pasajeros, se destinarían a vuelos regionales, especialmente a Brasil, Chile y Paraguay. En cambio, los Airbus 319, para 130 pasajeros, se destinarían a rutas de cabotaje. En el Gobierno esperan que los primeros aviones lleguen a la Argentina a partir de agosto de este año y que la operación se complete en 2011.

"Aliviarle a Marsans el compromiso de compra es una oportunidad de oro", dijo un funcionario familiarizado con la negociación. En el Gobierno buscaron, de todos modos, despegar la negociación con Airbus de las tratativas con Marsans, pero admiten que representaría "el principio del fin del conflicto".

Eso no sería todo. Entre las hipótesis que se analizaban entre los miembros de la comitiva oficial resonó una en particular. Una eventual recomposición de las relaciones con el grupo español genera la expectativa en el Gobierno de concretar un gesto de fuerte impacto: el posible anuncio de una nueva inversión de esa compañía en la Argentina.

"De cerrarse todo así, tal vez, en pocos meses, Marsans diría que no tienen rencor y buscaría otro intento de invertir en la Argentina en el rubro turismo", dijo un funcionario conocedor de las negociaciones.

Si bien no está prevista ninguna reunión en Madrid entre la Presidenta y el titular de Marsans, Gonzalo Pascual, las fuentes no descartaron algún contacto informal.

Ayer, la jefa del Estado anunció en Olivos un acuerdo salarial con los gremios aeronáuticos que contempla un aumento del 19,5 %, correspondiente al año pasado, y el ministro De Vido informó sobre la compra de 12 aviones Boeing 737 para Aerolíneas. De Vido dijo que cuando el Estado se hizo cargo de las dos compañías, que estaban en manos de Marsans, "la situación no podía ser peor". La crítica situación de las empresas "era en el plano jurídico, económico, comercial y operativo", señaló.