Es para atenuar el efecto de la dura sequía que atraviesa el país. De esta manera, los productores bonaerenses tendrán prorrogado el pago de varios impuestos
La lluvia no llega y la presión chacarera sigue en aumento. En este escenario, el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, decidió decretar la emergencia agropecuaria por sequía en todo el territorio provincial, medida que hace 15 días había desechado luego de alguna sugerencia desde la Casa Rosada. La provincia es la principal productora del país: aporta el 40% del PBI agropecuario.
Es que el panorama -político, no climático- cambió en estas dos semanas: la presidenta Cristina Fernández firmó un decreto para declarar la emergencia en todos las zonas donde los daños por la falta de agua superen el 50% de la producción. Y la determinación del Gobierno provincial "está en línea" con la iniciativa de Nación, dijeron en la gobernación, según analiza el diario Calrín en su edición de este martes.
En La Plata, explicaron que la decisión -que se conocerá en las próximas horas mediante un decreto de Scioli- es un trámite necesario para que los productores bonaerenses puedan presentar las declaraciones juradas que les permitan acceder a los beneficios impositivos.
En el caso de la emergencia nacional, se contempla la prórroga por un año del pago de Ganancias, Bienes Personales y otros gravámenes que recauda la AFIP. En el caso de la emergencia provincial, esta medida de excepción permite a los propietarios de tierras afectadas postergar o suspender (cuando la afectación es mayor al 80% del campo) el pago de impuestos locales, como el Inmobiliario rural, y cuotas de créditos del Banco Provincia. Así, un mismo productor bonaerense podría verse beneficiado con dos prórrogas impositivas.
La escasez de agua se extiende en buena parte de la pampa húmeda. Por eso, Scioli tuvo que firmar resoluciones para disponer emergencia o desastre agropecuario en 71 de los 134 distritos (no se informó a cuántos productores podría beneficiar). Sólo una franja del centro oeste provincial subsiste por el momento a lo que provoca sequía en una de las zonas más productivas del mundo. Se habla de una situación nunca vista.
Hace dos semanas, el gobernador estuvo reunido con el titular de una de las asociaciones que pisa más fuerte en la Provincia, Carbap. Allí, Scioli escuchó los lamentos del titular de esta entidad, Pedro Apaolaza, sobre la situación. Según el dirigente, se estaban perdiendo unos 3.600 millones de pesos por la menor superficies que se pudo sembrar, por la muerte de animales y por los animales que hubo que mandar a faenar con menor peso.
El fenómeno climático tiene diferentes repercusiones políticas en otras jurisdicciones. Córdoba y Santa Fe, por caso, pretenden medidas más profundas. El gobernador santafesino, Hermes Binner, solicitó la suspensión del cobro de las retenciones por 180 días para los damnificados. Y su colega cordobés, Juan Schiaretti, sugirió algo similar en privado. Incluso ayer se sumó el jefe porteño, Mauricio Macri (ver página 9), y en breve podrían hacerlo los bloques del radicalismo y la Coalición Cívica.
Por su pertenencia al kirchnerismo, Scioli prefiere no mencionar la posibilidad de retocar las retenciones. Sabe que se trata de una cuestión muy sensible para la Casa Rosada, sobre todo después de la derrota con el proyecto de la resolución 125 en el Congreso. Pero el gobernador también necesita enviar señales al interior chacarero de la Provincia, donde vota casi el 40% del electorado de Buenos Aires.
En los pueblos y ciudades bonaerenses comienzan a preparar las protestas contra las políticas oficiales para el sector. Las manifestaciones están previstas para la segunda quincena de este mes y el gobernador pretende quedar corrido del centro de las críticas.