Kimi Raikkonen (McLaren-Mercedes) arrebató la pole position del Gran Premio de Italia a Michael Schumacher (Ferrari), al superarlo por dos milésimas de segundo, en las pruebas de clasificación para el Gran Premio de Italia, en el circuito de Monza.

A una media de 256 km/h, 14 centímetros impidieron al siete veces campeón del mundo partir por última vez en cabeza en el templo de la velocidad... si anuncia el domingo, como se espera, su próxima retirada.

"Ha estado muy justo, pero yo no he dado una vuelta perfecta", reconocía Raikkonen.

Fuera desde hace tiempo de la lucha por el título, el finlandés busca todavía una primera victoria esta temporada. Y esta tercera pole del año después de las de Alemania y Hungría es quizá finalmente la buena...

El alemán deberá soportar la enorme presión que pesará sobre él en el momento de participar probablemente en su último Gran Premio de Italia, una prueba que él mismo considera como un "Gran Premio nacional" al estar su vida y obra vinculada a la Scuderia Ferrari.

Cinco de sus siete títulos mundiales, 70 de sus 89 victorias y 58 de sus 68 poles se obtuvieron al volante de un bólido rojo.

"Me habría gustado salir desde la pole para este Gran Premio nacional, pero es mañana cuando será necesario estar delante", comenta un Schumacher un poco decepcionado.

Su gran rival Fernando Alonso (Renault), que cuenta con 12 puntos de ventaja a cuatro carreras del final del Campeonato, fue penalizado y retrasado al décimo puesto de la parrilla por haber molestado al brasileño de Ferrari Felipe Massa (cuarto), después de haber pinchado y colocado su monoplaza en la quinta posición, en tercera línea.

"Este pinchazo me costó caro y perdí toda oportunidad de pelear por la pole debido a los daños causados en la parte posterior (...) Clasificarse quinto después de estos problemas es un buen inicio y sabemos que nuestro ritmo en carrera es extremadamente competitivo", había comentado el español antes de conocer su penalización.