La ya debilitada tregua que rige en la Franja de Gaza entre Israel y el grupo extremista Hamas parecía aminorar con el correr de las horas. Durante la madrugada, los ataques desde ambas facciones volvieron a poner en alerta a las máximas autoridades.

Poco después de la medianoche, el ejército israelí bombardeó una fábrica de armas, luego de que milicianos islámicos lanzaran un cohete contra el sur de Israel, dos hechos que desafían abiertamente los esfuerzos del enviado de paz de Estados Unidos por reforzar un cese del fuego, informó el diario La Nación.

El cohete palestino no dejó víctimas, pero los líderes israelíes -que enfrentan una elección el 10 de febrero y llevan adelante una campaña que se centra en temas de seguridad- prometieron que responderán a los ataques, que la feroz ofensiva contra Gaza buscaba detener.

Israel dijo que hará responsables a los líderes de Hamas de todos los ataques que se lancen desde la Franja, al mismo tiempo que advirtió que dará una respuesta más dura por la muerte de un soldado en un ataque registrado anteayer contra una patrulla de su ejército en la frontera.

Por su parte, la violencia opacó hasta ahora la visita del ex senador estadounidense George Mitchell, enviado a Medio Oriente del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien ayer sostuvo que era "de crítica importancia que el cese del fuego sea extendido y consolidado" entre Israel y los palestinos.

El enviado estadounidense se reunió con el primer ministro israelí, Ehud Olmert, y el ministro de Defensa, Ehud Barak, mientras que hoy se reunirá con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) Mahmoud Abbas.

En tanto, funcionarios occidentales dijeron que Mitchell no se reunirá con funcionarios de Hamas, grupo rechazado por Israel y Occidente por su negativa a reconocer al Estado judío, renunciar a la violencia y aceptar acuerdos de paz provisorios.