Aníbal Fernández negó haber recibido una llamada del ingeniero el día de la marcha, luego de que Kirchner dijera que "la seguridad no se construye con un palo en la mano"
El ministro del Interior, Aníbal Fernández, negó hoy haber recibido una llamada de Juan Carlos Blumberg, padre del joven secuestrado y asesinado en 2004, el día de la concentración frente a la Casa Rosada.
Las palabras del ministro Pllegaron horas después de que el presidente Néstor Kirchner rompiera el silencio mantenido desde el día de la marcha que encabezó el ingeniero en la Plaza de Mayo.
"No llamó a mi oficina. No llamó, porque fue un día muy difícil y me preocupé por agarrar a telefonista por telefonista para ver si había llamado o no llamó", afirmó Fernández.
En este contexto, añadió que "es mentira" que no haya querido recibirlo.
Además, insistió con que el Gobierno "no se ocupa puntualmente del tema Blumberg", en un nuevo intento por restarle relevancia al reclamo del empresario.
Finalmente, el viernes pasado Blumberg se presentó en la Casa de Gobierno para entregar el texto del petitorio que el día anterior había leído en la manifestación. Aunque esperaba ser atendido por un funcionario de primera línea, le dejó el documento a uno de los secretarios privados de Fernández.
En su discurso en la Plaza de Mayo, Blumberg había incluido a Fernández en una lista de funcionarios nacionales con los que, según dijo, intentó contactarse el 31 de agosto pasado, el día de la marcha, para hacerles llegar el petitorio.
El empresario aseguró que ni el ministro del Interior ni el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, habían aceptado atenderlo y que sí lo había hecho el vicepresidente, Daniel Scioli.
Ayer, por primera vez desde la concentración en Plaza de Mayo y tras una semana de silencio, Kirchner le respondió a Blumberg, aunque sin nombrarlo.
"La palabra democracia, y la palabra seguridad, que tantos menean unos y hablan tantos, no se construye ni con un palo en la mano, ni con actitudes o supuestos esquemas determinados", dijo el Presidente.
En lo que pareció una referencia a las medidas que pide Blumberg, más duras que las que promueve el Gobierno para combatir el delito, Kirchner añadió: "Es muy fácil levantar, a veces, voces fiscales, colocarse en una punta de la sociedad. Lo único que les interesa es llegar a ser por ser, ver qué parte del poder tienen para ver cómo lo instrumentan y lo utilizan".