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Asume Obama en EEUU: ¿podrá cambiar el rumbo?
Será el primer presidente negro de la historia norteamericana. Auguró un "renacimiento" de su país, inmerso en una severa crisis económica
19 de enero de 2009
En medio de una expectativa inédita que llevaría a casi 2 millones de personas a participar del acto, Barack Obama asumirá la presidenta de los Estados Unidos en medio de una de las crisis económicas más severas para ese país.

La euforia reinante en Washington puede palparse en todos lados: en los bares y en las iglesias, en las calles y en las tiendas.

La enorme cantidad de gente que fue llegando desde los cuatro puntos cardinales del país fue un mero indicador de las grandes expectativas que ha creado Obama.

Se calcula que asistirán a la ceremonia de jura mañana más de 2.000.000 de personas.

Sin embargo, cuando Obama tomó la palabra durante el concierto organizado en su honor en la escalinatas del Lincoln Memorial, lejos de alimentar la euforia, lo primero que hizo fue advertir sobre los serios desafíos que enfrenta el país.

"Les pido que me ayuden", dijo refiriéndose a las dos guerras en simultáneo que libra Estados Unidos, en Irak y en Afganistán, y a la profunda crisis económica que están viviendo los estadounidenses.

"Ninguno de estos desafíos será sencillo. Nos llevará más de un mes, más de un año y quizás más. En el camino habrá reveses y días que pondrán a prueba nuestra resolución", insistió.

"Bienvenidos a esta celebración del renacimiento de Estados Unidos", dijo el presidente electo al abrir su mensaje ante el monumento a Abraham Lincoln.

"A pesar de las dificultades, yo estoy aquí con la esperanza de que Estados Unidos podrá conseguirlo y que los sueños de nuestros (padres) fundadores seguirán viviendo", señaló.

"En el curso de nuestra historia, sólo un grupo de generaciones ha tenido que enfrentar los desafíos que tenemos ahora. Nuestra nación está en guerra, nuestra economía está en crisis, millones de estadounidenses están perdiendo sus trabajos y sus casas", manifestó Obama, quien aludió a otros presidentes que vivieron situaciones de crisis como George Washington, Lincoln y Franklin D. Roosevelt.

A todos ellos y al ex reverendo Martin Luther King, los señaló como un signo de esperanza para los tiempos actuales. "Pese a todas las dificultades que tenemos por delante, yo me levanto hoy con la esperanza de que Estados Unidos perdurará y que el sueño de nuestros padres fundadores vivirá a lo largo de nuestro tiempo", afirmó.

De hecho, desde que ganó las elecciones el 4 de noviembre pasado, Obama no pronuncia un discurso sin mencionar la seriedad de la situación. Esta aparentemente gran paradoja le está dando a Obama muy buenos resultados.

Un sondeo de opinión publicado en el New York Times ayer indica que, si bien el 79% de las personas consultadas se muestran muy optimistas con respecto a la presidencia de Obama, la mayoría no tiene grandes expectativas sobre lo que pueda hacer para superar los problemas y están dispuestos a ser pacientes y a darle tiempo.

"Yo sé que va a ser difícil pero, si Obama llegó hasta aquí, estoy seguro de que también logrará sacarnos de la crisis", dijo Rose Louise.

En efecto, basta recordar cómo era la situación racial en Estados Unidos en 1961, cuando nació Obama, para comprender cuál es el significado de su llegada a la Casa Blanca.

En ese momento, en todos los estados del sur, los afroamericanos -llamados muy despecitivamente "los negroes"- nacían en hospitales y eran enterrados en cementerios diferentes de los de los blancos.

La segregación racial todavía estaba a la orden del día. Los chicos "negroes" no podían estudiar en las escuelas de los chicos blancos, ni viceversa, pese a que en 1954 la Suprema Corte había establecido un fallo calificando la segregación racial en las escuelas de inconstitucional.

Actualmente, es común ver funcionarios afroamericanos en la Casa Blanca, pero un libro publicando a principios de los 60 cuenta cómo el primer funcionario negro de la Casa Blanca, Frederick Morrow, no tenía autorización para permanecer en el mismo cuarto con una mujer blanca porque se temía que pudiera violarla.

Más aún, Nick Bryan, el autor de "The bystandar: John Kennedy and the Struggle of the Black equality", dijo que, si bien John Kennedy -el presidente que más alentó la lucha por lo derechos civiles y los derechos humanos- nombró en 1961 a una serie de funcionarios "negroes", al que más confianza le tenía era a George Thomas, el hombre que todas las mañanas se encargaba de sacar de su placard el traje y la camisa que iba a ponerse el mandatario.

Es interesante pero, pese a que es el primer "negroe" que dormirá en el mismo cuarto en que durmió Kennedy, en ningún momento durante su campaña Obama se presentó como el candidato de los afroamericanos ni tampoco reivindicó la lucha por los derechos civiles. Todo lo contrario. Obama, hijo de una madre blanca de Kansas y un padre africano de Kenia, puso el énfasis en sus orígenes raciales.

Más aún, hoy Obama festejó el aniversario de Martin Luther King participando en una serie de tareas comunitarias. Es decir, todo indica que Obama pondrá más el acento sobre el servicio comunitario que King desarrolló que sobre su lucha por igualdad racial.