Las primeras sospechas comenzaron con la detección de esta droga en los análisis profesionales de varios deportistas de elite. ¿Será usado como dóping para ganar?
Se supone que los efectos dopantes del sildenafil tendrían resultado similar al entrenamiento en altitud, pero sin sus inconvenientes: ralentización de los entrenamientos, molestias físicas y necesidad de desplazamientos a lugares en altura.
Dos grupos de deportistas jóvenes de las universidades norteamericanas de Marywood (Pennsylvania) y Miami (Florida) están siendo utilizados para que los científicos comprueben si el consumo de sildenafil tiene efectos dopantes.
Si se comprueba que la droga sirve para mejorar el rendimiento del atleta, la pastilla famosa por sus efectos beneficiosos sobre las disfunciones sexuales masculinas se prohibiría en el deporte a partir de septiembre.
El sildenafil se desarrolló para tratar la hipertensión en las arterias pulmonares. Sin embargo, la fama de la pastilla se debe a que facilita la erección del pene en los hombres impotentes.
Los estudios con los deportistas de Miami y Marywood son diferentes. En el primer caso se trata de comprobar los efectos en altitudes bajas y ver si actúa igual en hombres y en mujeres.
En el segundo, se pretende demostrar si mejora el rendimiento en atmósferas contaminadas, como la que había en Beijing.
En laboratorio Pfizer decidió comercializar el sildenafil para disfunción eréctil. La droga fue patentada en 1996, aprobada para su uso en disfunción eréctil por la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA).
Así se convirtió en la primera pastilla aprobada para tratar este problema en los Estados Unidos, y se ofreció a la venta en ese país más tarde el mismo año.
El sildenafil no actúa en ausencia de estimulación sexual. Su efecto es exclusivamente vasomotor y por lo tanto solamente está indicado para el tratamiento de la disfunción eréctil de este origen. No aumenta la potencia sexual, el número, la frecuencia, o la intensidad de las erecciones en el varón sano.