Sufriendo ante un Tigre que fue muy grande, se consagró en el Apertura 2008 a pesar de caer 1 a 0. Grandeza del Matador. Es el título 23 del "xeneize"
Por Roberto Aguirre Blanco
Con el corazón en la mano, Boca alcanzó su vigésimo tercer título profesional a pesar de perder ante Tigre 1 a 0 en un emocionante partido jugado ante 35 mil almas en la cancha de Racing.
A los 20 minutos del segundo tiempo, Leandro Lázzaro marcó el único tanto del cotejo tras otro grueso error del arquero Javier García.
Boca, a puro garra y aguante, soportó el embate de Tigre, que fue por la gloria y cerca estuvo de alcanzarla.
Tigre, el modesto, demostró que no fue casualidad estar en esta final, al lograr vencer en los dos partidos del año al campeón, y dejó el alma en el choque decisivo.
Este fue el primer título local en la carrera de Carlos Ischia, quien había festejado antes en el club de la Ribera como ayudante de campo de Carlos Bianchi.
Toda la emotividad y tensión de los minutos finales explotó en la tribuna “xeneize” cuando el árbitro Sergio Pezzotta marcó el final, y recién allí pudo exteriorizar el festejo y la alegría.
Boca se impuso en el triangular final luego de derrotar a San Lorenzo 3 a 1, el sábado pasado, y a pesar de empatar en puntos con Tigre y San Lorenzo, a partir de la diferencia de goles.
Todo parecía controlado hasta un nuevo error del arquero Javier García, a quien se le escapó el balón de las manos para que el cabezazo de Leandro Lázzaro convirtiera el 1 a 0.
Ese tanto destrabó el partido que estaba controlado por Boca por un buen juego en el medio campo y una labor prolija de la defensa.
Sin embargo, un nuevo error de García --el tercero en partidos clave, Colón, San Lorenzo y Tigre-- le dieron un tono de emotividad y suspenso al final del partido.
A Tigre le costó mucho tener claridad en el ataque, y si bien llegó con cierta comodidad hasta la puerta del área, careció de la puntada final para cerrar las jugadas.
Así abusó del centró para la cabeza salvadora de Lázzaro, que llegó con la ayuda de García.
El entrenador de Boca no dudó y después del gol de Tigre metió mano y sacó al chico García para hacer debutar en la final al juvenil arquero Ayala, quien respondió muy bien.
Por su parte, Boca tampoco tuvo mucha profundidad en ataque, muy flojo estuvo Luciano Figueroa y tampoco su reemplazante, Rodrigo Palacio, pudo aumentar el peso ofensivo.
En el primer tiempo, hubo mucho nervio y tensión, pero poca claridad para llegar a los arcos. Con este escenario, Boca y Tigre no se sacaron ventajas.
A todo o nada sobre el final, Diego Cagna apostó a la gloria al hacer ingresar a Altobelli y jugar los últimos minutos con cuatro delanteros.
Tigre, que le ganó los dos partidos del año a Boca, necesitaba ganar por dos goles de diferencia para dar la vuelta olímpica, un sueño que no pudo alcanzar.
Boca saca a relucir su felicidad, la de gran campeón, en un año que será difícil de igualar: Los bosteros campeones y los "millonarios" últimos. ¿Se puede pedir algo más?
¡Salud Boca Campeón! ¡Felicitaciones Tigre por la dignidad y la grandeza de un chico con alma de grande!