La Iglesia pareció utilizar como excusa la misa por la mediación papal en el conflicto por el Beagle para enviar un mensaje al gobierno nacional.

A cargo de la homilía, el obispo de San Isidro, Jorge Casaretto, pidió dejar "de lado todo lo que nos distancia y enfrenta" para tratar de "encontrarnos en aquello que nos acerca".

La jefa del Estado se sentó sola delante de la primera fila de la Basílica en la que se encontraba Cobos, junto al senador José Pampuro, al gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, y la intendenta de Luján, Graciela Rosso.

La semana pasada el trato entre el oficialismo y el vicepresidente atravesó uno de los puntos de mayor tensión cuando el ex presidente Néstor Kirchner acusó al ex gobernador mendocino de ser "una máquina de impedir" y de haber "dejado sola" a la Presidenta.

Cobos no se quedó atrás y aseguró que su voto en contra de las retenciones evitó un "estallido social" y que el "Gobierno tuviera que irse" antes de concluir su mandato.

Al término de la misa, la Presidenta, dijo: "Nunca hubo en los pueblos ánimo de guerra. Lo primeo que hay que sostener es la democracia".

Y agregó: "Hay que preservar la democracia y para preservar la democracia hay que luchar por la justicia y la equidad".

En un discurso frente a la Basílica de Luján, la jefa del Estado subrayó que "combatir la pobreza es construir la paz y hacerlo en democracia es el reaseguró eterno". Además, añadió: "Quiero agradecer aquella paz, esta democracia y quiero comprometerme a seguir trabajando por la justicia, la igualdad y contra la pobreza".

En la celebración, presidida por el cardenal Jorge Bergoglio, además de la jefa del Estado y Cobos, estuvo presente todo el gabinete de ministros.

A la misa asistieron empresarios, productores rurales, sindicalistas y representantes de otros credos, que integran los Foros de la Comisión Nacional Justicia y Paz, que preside el laico Eduardo Serantes y cuyo asesor es monseñor Jorge Casaretto, presidente de la Comisión de Pastoral Social, quien estuvo a cargo de la homilía de la misa.

Con el lema "Queremos la paz. Eduquemos para el diálogo", la celebración constó de dos partes: la misa, que comenzó pasadas las 19 en el interior del templo, y un acto cívico, que se realizará luego frente a la basílica, en el que la jefa del Estado será la única oradora.

Casi simultáneamente, con diferencia de una hora, el gobierno y la Iglesia de Chile repitió el mismo esquema en el santuario nacional de Maipú, donde se venera a Nuestra Señora del Carmen, patrona del país trasandino.

En tanto, en medio de ambas celebraciones una familia chilena que reside en la Argentina recibió una imagen de la Virgen de Luján, en tanto que una familia argentina que vive en Chile hizo lo propio con una réplica de la Virgen del Carmen.