El Gobierno exigió a las empresas que financian servicios de salud que dejaran sin efecto la decisión de ajustar un 10 por ciento las cuotas a partir de enero
Luego de una feroz ofensiva oficial que incluyó llamados de tono subido por parte de la Casa Rosada a las tres cámaras que nucleas a las prepagas, las empresas aceptaron dar marcha atrás con el aumento del 10 por ciento en las cuotas a partir de enero, que habían anunciado a sus afiliados.
Integrantes de CIMARA y ADEMP deliberaron durante toda la jornada y recibieron innumerables llamados del jefe de Gabinete y del ministro del Interior, los dos funcionarios a quienes Néstor Kirchner ordenó presionar a las empresas.
El ex presidente piloteó la cruzada para evitar el aumento, ya que Cristia se encontraba en el exterior.
El Ministerio del Interior aseguró que hubo un acuerdo con las entidades de medicina privada y que dejarán sin efecto el incremento del 10% en las cuotas que ya habían anunciado a sus afiliados.
De inoportuno y fuera de lugar había calificado el aumento el jefe de Gabinete, Sergio Massa.
Ahora, se viene una ofensiva en el Congreso para imponer un marco regulatorio más severo a las empresas, que brindan servicios a 3,6 millones de personas, adelantaron fuentes oficiales.