Sin Basile, venció 2 a 0 a Estudiantes en la Bombonera con goles de Palacio y Palermo. Se afirmó en la punta del Apertura y estiró a doce la seguidilla de triunfos
Boca superó hoy a Estudiantes de La Plata en "La Bombonera" por 2 a 0 y llegó a las doce victorias consecutivas.
Los goles del equipo que marcha como líder con puntaje ideal del Torneo Apertura de Fútbol de Primera División fueron convertidos por Rodrigo Palacio a los 11 minutos del primer tiempo y por Martín Palermo a los 26 del segundo.
En el complemento fueron expulsados Mariano Pavone a los 8 y el arquero Martín Herrera a los 32, cuando Estudiantes no tenía más cambios, razón por la cual tuvo que ocupar la valla Pablo Alvarez.
Tuvo otra actuación muy compacta. El resultado fue mentiroso porque hubo mucha diferencia entre los dos.
Quedó a sólo una victoria del récord en el fútbol argentino de trece victorias consecutivas que está en poder de San Lorenzo.
Sin Basile, ni Battaglia, ni Silvestre, ni Ibarra, Boca ganó igual.
El equipo dirigido hoy interinamente por Ribolzi viene ejerciendo una llamativa hegemonía en el fútbol local. Tal vez aquellas ausencias podían equilibrar el trámite ante el enemigo de turno.
Pero el pasado reciente indica que cuando cae un soldado en este equipo, el que lo reemplaza rinde. Pasó con las idas de Abbondanzieri, Bilos e Insúa, ausencias que supieron cubrir Bobadilla, Cardozo y Marino. Hoy era el turno de Ledesma, Morel Rodríguez y Calvo de refrendar su presencia en el plantel, para acompañar a los Gago, los Palacio y los Palermo.
Sólo once minutos tardó Boca en empezar a torcer la balanza a su favor. Entró muy nervioso Estudiantes, como sintiendo el peso del compromiso. Errores en las marcas hacían presagiar una caída, tarde o temprano, del arco de Herrera. Pudo haberse puesto en ventaja cuando Galván remató defectuosamente, sólo en el segundo palo, un centro de Pavone. Pero llegó la desatención de Casierra, habilitando a todos parado junto a un palo después de corner. La pelota quedó suelta en el área chica y el oportuno Palacio sólo tuvo que empujarla a la red.
Boca es tremendamente eficaz. Y al mismo tiempo su propuesta es simple. El equipo juega igual, calcado, domingo a domingo. Abre los partidos, los controla y, si le dan espacios los liquida con una frialdad que asusta a cualquier rival. Tiene en Palacio un delantero inspirado y picante, que aparece por derecha o por izquierda para abrir las defensas más cerradas. En Gago un distribuidor criterioso del juego. Y junto a ellos ninguno de los intérpretes desentona.
Desde que se puso en ventaja reguló el partido a voluntad. Tuvo suerte, es cierto, cuando un derechazo de Pavone se estrelló en el travesaño. Y en el final del primer tiempo, cuando un zurdazo de Calderón se fue ancho del segundo palo. Pero también pudo haber aumentado su ventaja en un par de contras que no fueron bien resueltas o terminaron en las manos del arquero Herrera.
Boca es una máquina de ganar. Es de otra galaxia. Llegó a las 12 victorias consecutivas y le falta una para igualar el récord del San Lorenzo de Manuel Pellegrini. Encima ya enfrentó -y les ganó- a tres de los rivales directos por el Apertura 2006. Recién van cinco fechas y, aunque falten 14, da la sensación que el torneo avanza hacia un final repetido.