Su estrategia es pasar inadvertido y sorprender a las mujeres. En quince días abusó de siete. Hay decenas de policías tratando de atraparlo, y terror en la zona
La policía destina cada vez más efectivos para detener al violador serial de Recoleta, pero las pistas desorientan cada vez más.
“Cuando entraba al edificio vi a un tipo parado en la puerta. No sospeché nada, porque me pareció normal, lindo y estaba bien vestido. Entró atrás mío y me preguntó: ‘¿A qué piso vas?’. En ese momento noté una actitud sospechosa y grité. El me agarró del cuello, pero como yo seguía gritando fuerte se escapó”.
Carolina es una de las víctimas del violador serial que en 15 días ya atacó sexualmente a diez mujeres cuando éstas intentaban entrar en sus departamentos del barrio porteño de Recoleta.
A pesar de que Carolina fue agredida el 26 de noviembre en la calle Agüero, entre Santa Fe y Güemes, continúa intranquila porque este hombre sigue libre y ella cree haberlo visto en la puerta de otro edificio cercano este miércoles pasado. “Lo volví a ver. Lo reconocí por la voz y la altura”, explica.
De las diez denuncias presentadas en la Fiscalía Nº 4, la doctora Cristina Caamaño confirmó que sólo uno de los casos se considera violación; ocho son abusos simples y uno es un acto preparatorio, es decir que ni siquiera alcanzó a tocar a la víctima.
Según los especialistas consultados, “el violador de Recoleta” disfruta de los juegos sexuales previos a la consumación del acto sexual, y goza con el sometimiento y angustia de sus víctimas.
Las víctimas tienen un perfil común: son chicas de entre 20 y 30 años, vestidas sencillas, sin maquillaje. Una vez que las elige, las empieza a seguir por la calle hasta que entran a un edificio. Entonces, muestra llaves como si fuera a entrar o simula estar hablando por el portero eléctrico. Cuando la víctima entra, él la sigue y, tras un breve diálogo seductor, la agarra del cuello y la abusa. “En este caso, el violador es contemporáneo a sus víctimas. Pretende una simetría con las mujeres que elige y busca la empatía con las víctimas, por eso ataca gente de su mismo nivel social”, explica el perito Enio Linares.
El psiquiatra Miguel Maldonado explica que por la manera en la que actúa tiene un trastorno de la personalidad. “Estos individuos son una especie de cazadores, que le tienden una emboscada a las víctimas, y la mayor parte de las veces no consuman el acto sexual porque sufren crisis de impotencia.” Para la psicóloga forense Claudia Norry, aunque haya concretado un solo caso, igual reúne las características de un violador serial: “Dentro de la perversidad, la sexualidad del violador no se ha desarrollado completamente, por eso es que el mayor goce está en los juegos previos al acto sexual”.