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23 de noviembre de 2024
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EE.UU: las automotrices pidieron US$ 34.000 millones
Son 9000 millones más que lo que prevía la Cámara de Representantes. Prometieron un plan austero y la reconversión a modelos ecológicos
3 de diciembre de 2008
Las automotrices estadounidenses volvieron este miércoles a la carga, con la esperanza de convencer al Congreso sobre la necesidad de salvarlas de la catástrofe financiera, pero esta vez prometieron, a cambio, un plan de austeridad y reconversión a modelos ecológicos.

Ford, uno de los colosos en problemas -junto a General Motors y Chrysler-, presentó un plan que prevé la concesión de un préstamo de fondos federales por 34.000 millones de dólares a diez añosy la promesa de equilibrar el balance, o incluso el retorno a las ganancias, para 2011. Esta cifra supera en 9000 millones lo que preveía como rescate la Cámara de Representantes norteamericana.

El boceto señala que Ford entregó al Congreso "un amplio plan de negocios" en el cual se señala cómo "la transformación de las actividades norteamericanas se acelerarán a través de agresivas medidas de reestructuración y la introducción de vehículos de alta calidad, seguros y limpios, incluida una amplia gama de automóviles híbridos y eléctricos".

El director general de Ford, Alan Mullaly, dijo que renunciará a su salario "si las condiciones de la economía" en general y de la industria automotriz en particular "empeorasen".

Mullaly se comprometió a recibir un pago simbólico de un dólar anual si el ambiente económico norteamericano empeora todavía más, un gesto al que se sumó el presidente de General Motors, Rick Wagoner.

Además, para despejar el malhumor del público estadounidense, que vio con enojo cómo los jerarcas de las automotrices llegaron en las semanas pasadas a Washington para pedir dinero de salvataje a bordo de sus aviones privados, Mullaly y Wagoner aseguraron que, cuando visiten nuevamente la capital estadounidense, lo harán manejando sus propios automóviles.

También el plan de General Motors prevé concentrarse sobre la fabricación de automóviles con energía limpia y una reducción drástica de los salarios de los ejecutivos. Por otro lado, el gigante de Detroit pondrá en marcha un severo recorte en el volumen de su producción en las plantas norteamericanas.

"Hace falta esperar y ver en qué consisten exactamente los planes", indicó hoy la vocera de la Casa Blanca, Dana Perino. El gobierno del presidente saliente, George W. Bush, añadió, considera "prematuro" expresarse sobre el futuro del plan de las automotrices en el Congreso.

Los jefes de las automotrices comparecerán ante el Senado el jueves y ante la Cámara baja al día siguiente, a tiempo para aprovechar las últimas chances de convencer a los legisladores para que aprueben nuevas financiaciones federales.

La presentación hoy de los planes de reestructuración coincidió con la difusión de los desalentadores números de ventas para noviembre, que, en el caso de Ford, cayeron un 30,6%. Las de Toyota, por su parte, descendieron un 33,9% y las de Honda un 31,6%.