En un gesto que habla del incipiente acercamiento entre el Gobierno y la Iglesia, la presidenta Cristina Kirchner recibió en Casa Rosada a monseñor Jorge Bergoglio.

De la reunión, participó toda la cúpula del Episcopado y funcionarios del gabinete.

Bergoglio entró a la Casa Rosada acompañado por el Ejecutivo del Episcopado. El cardenal llegó caminando los 200 metros que separan a la Curia de la Casa de Gobierno.

Del encuentro con Cristina participó, además de Bergoglio, toda la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina; incluido su vicepresidente, monseñor Luis Villalba; el vicesegundo, José María Arancedo; y el secretario general, Enrique Erguía Seguí.

Por parte del Gobierno, se encuentran el ministro del Interior, Florencio Randazzo; y el secretario de Culto, Rodolfo Oliveri.

En medios eclesiásticos se especula con que la buena predisposición de la Presidenta para recibir a la cúpula eclesiástica responde a un deseo de no tener tantos frentes abiertos, sobre todo frente a un año electoral.

Esa necesidad coincide con la intención de los obispos de estar en mejores términos con el Gobierno que, en el último tiempo, viene buscando acercarse al Vaticano.