El argentino Juan Martín Del Potro jugó de mayor a menor y cedió el segundo punto de la final de la Copa Davis ante Feliciano López que ganó 4-6, 7-6, 7-6 y 6-3 en un intenso partido jugado en el Polideportivo de Mar del Plata.

De esta manera la fina quedó empatada 1 a 1 tras el triunfo en primer turno de David Nalbandian ante David Ferrer por 6-3, 6-2 y 6-2.

La imagen final fue sin dudas todo una postal, con Del Potro lagrimeando y con las manos pidiendo perdón a un público que sin embargo lo despidió con aplausos.

Desde el inicio quedó bien en claro cuál iba a ser el planteo de Feliciano López ante Del Potro. Saque y volea. Lógicamente si el primer servicio le permitía acceder a la red con tiempo y distancia.

El tandilense estuvo muy seguro cada vez que el español intentó esa táctica de juego y mucho más profundo cuando lo que venía era un segundo servicio suave y a colocar.

Al llegar al quinto game, López no pudo mantener el ritmo y eso lo percibió el tandilense que le quebró el saque dejándolo en cero.

Con un quiebre arriba, Del Potro soltó más su derecha, que le permitía darle vuelo y mantener al español controlado, en especial con sus inquietantes subidas a la red.

El argentino estaba a pleno, la pelota le "corría" y presentía el juego del toledano, para quedarse con el primer set por 6-4, tras 38 minutos de juego y hacer que el Polideportivo se levante en un grito.

El segundo parcial fue mucho más cerrado que el inicial, porque López ajustó su juego de saque y volea y Del Potro, si bien se mantuvo sólido, no lo aguantó en los momentos clave.

Si bien Del Potro siguió teniendo un buen porcentaje de primeros saques, el que mejoró fue López en la devolución, lo que a las claras extendió más los puntos y ya no era un arma letal como en el parcial inicial.

El toledano fue más efectivo con la derecha, profunda y lacerante, que muchas veces dejó a Del Potro sin reacción y a él lo fue llenando de confianza.

El tandilense siguió peleando el partido, siempre abajo en el marcador, y estiró la definición al tie-break.

Allí el juego de red de López fue fundamental para inclinar
la balanza en su favor, ayudado eso sí por algunos errores del
argentino, quien mostró algo de temor para arriesgar más de la
cuenta.
No fue extraño entonces que el español se adelantara
rápidamente 4-0 y desde ese resultado se llevó la definición
rápida por 7-2.
Todo estaba como entonces, pero con un Feliciano López
muchísimo más crecido, con una derecha tremenda y con buenas
devoluciones, que complicaron en demasía las posibilidades de
Del Potro.
Igualmente, todo fue muy parejo, aunque López siempre dio la
sensación de tener un plus extra, hasta que llegaron nuevamente
al tie-break.
Otra vez el toledano fue más fuerte que el tandilense, para
aprovechar los errores ajenos y también encontrar el suyo propio
y tras ir abajo, lo dio vuelta 5-4, para definir el pleito 7-4.
El cuarto set era demasiado para un Del Potro cansado y
agotado física y mentalmente, tras un año difícil, con un viaje
enorme desde Shanghai, donde tomó parte del Masters.
Así, el español quebró para ponerse 3-1, tras dos dobles
faltas de Del Potro, pero el tandilense pudo recuperar
rápidamente el servicio, para el 3-2.
Una pelota profunda de Lípez a la derecha de Del Potro fue
devuelta por el argentino, pero el esfuerzo físico fue
demasiado, y lo pagó caro.
Contractura en el cuádriceps de la pierna derecha de Del
Potro, que obligó a masajes relajantes, aunque el rostro de
dolor del joven tenista, presagiaba un mal final.
No pudo mantener su servicio y López se adelantó 4-2. Del
Potro se acercó al 4-3, pero quedó en eviencia de su falencia
física cuando no pudo saltar a hacer un smash que se le quedó en
la red.
López cerró el partido sin fisuras, y dejando de lado
cualquier problema físico de Del Potro, que seguramente habrá
repensado las decisiones tomadas en los últimos tiempos.