Es para asegurar la continuidad de 435 puestos de trabajo. Aunque todavía negocian a cuánto llegaría el recorte, y a cuántos empleados podría alcanzar
Luego de más de dos semanas de tensas negociaciones, General Motors y el Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA) quedaron a las puertas de un acuerdo para bajar sueldos y dejar sin efecto los 435 despidos del 24 de octubre pasado en la planta de la firma posee en Alvear, al sur de Rosario.
Las cesantías, sin efecto tras dictar el Ministerio de Trabajo de Santa Fe la conciliación obligatoria, serán reemplazadas por un sistema de suspensiones.
Así lo acordaron ayer la firma y el gremio, que obtuvo la garantía para sostener los empleos hasta diciembre de 2009, seis meses más de lo que proponía la automotriz. La alternativa de suspensiones elevada por la empresa alcanzaría a 160 empleados de planta permanente, quienes habían recibido el telegrama de despido y a los que se les reduciría el sueldo gradualmente. En una primera etapa pasarían a cobrar el 80 por ciento de su sueldo, para terminar recibiendo a fines del año próximo sólo el 40% de sus ingresos actuales.
Ese es uno de los puntos en que las partes quedaron en seguir discutiendo hoy, cuando vuelvan a encontrarse en la sede del Ministerio de Trabajo, en Rosario. Se espera que de no surgir inconvenientes se rubrique el entendimiento. "Este es un proceso que está terminado", aseguró con marcado optimismo la secretaria de Trabajo de la provincia, Alicia Ciciliani.
Para evitar que la carga la soporten sólo 160 operarios que sufrirían una rebaja drástica en sus haberes, el sindicato propone que los 2.300 empleados entren en un régimen de suspensiones rotativas. "Queremos suspensiones rotativas para todos igual", explicó a Clarín Marcelo Barros, secretario general del gremio.
El plan para aceptar las rebajas de sueldo apunta a "entregar" una hora diaria o un día por semana por cada operario. Así, con sueldos promedio de 3 mil pesos, estiman que el aporte por trabajador podría ser de 600 pesos.
Ese es el esfuerzo que, dicen desde el gremio, están dispuestos a ofrecer para sostener los empleos y, al mismo tiempo, colaborar a hacer frente a las turbulencias financieras de la compañía, que reclama una ayuda de parte del gobierno de Estados Unidos.
La empresa tiene previsto comenzar en julio próximo la producción de un nuevo automóvil, denominado Viva. A ese proyecto se aferró SMATA para reclamar que el "paraguas" laboral se extienda hasta diciembre de 2009 y no hasta junio, como proponía General Motors.
Estima que esa nueva línea permitiría no sólo garantizar la continuidad de los empleos. También podría colaborar para que se tomen nuevos operarios.
Otro punto que se discutirá hoy alcanza a 120 empleados contratados, quienes habían recibido el telegrama y que cuentan con una antigüedad menor a seis meses. La empresa plantea que cuando venzan, no se les renovarán los contratos. SMATA pretende discutir este punto. Sí, en cambio, pasarían a integrar la planta permanente otros 80, con acuerdos que superaron los seis meses.
La empresa se abstuvo de evaluar el avance en las negociaciones. "No hacemos declaraciones hasta cerrar las conversaciones.La empresa está haciendo todo lo posible por un acuerdo", comentó a este diario Bernardo García, vocero de General Motors.
Las suspensiones, reducción de horarios y el adelanto de vacaciones en la industria automotriz alcanzan ya a 11.974 trabajadores, según datos del Ministerio de Trabajo. Las plantas afectadas son las de Renault, Volkswagen e Iveco, en Córdoba, y las de Mercedes Benz y Peugeot, en Buenos Aires.